El sector cinegético de Córdoba se reivindica en Intercaza como motor de empleo y riqueza en los pueblos pequeños

La Diputación Provincial de Córdoba abrió este viernes Intercaza, una de las citas más importantes del año para el sector en toda España, porque sólo Jaén, como resaltaron los organizadores, puede discutir la primacía en actividad cinegética de Córdoba, con 1.443 cotos para la práctica y un pulmón para muchas comarcas. Su impacto se calcula en torno a los 70 millones de euros.

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La inauguración de Intercaza de Córdoba, en imágenes

Valerio Merino

La gran cita muestra el peso económico y social del sector cinegético en toda la provincia

Intercaza, en el Centro de Exposiciones, Ferias y Congresos de Córdoba, tiene este año un total de 65 expositores y se abrió recordando al pintor, escritor y escultor Mariano Aguayo, fallecido el pasado otoño, que fue un gran amante de lo cinegético y lo llevó a su actividad creativa. Una pintura de sus podencos ha servido como cartel en la cita, en cuya inauguración estaban presentes sus hijos.

El presidente de la Diputación Provincial de Córdoba, Salvador Fuentes, inauguró la cita como «una de las ferias más importantes de España, donde se hacen acuerdos importantes» y con mucha repercusión en pueblos de todas las comarcas.

Como explicó Jesús María Pérez Villarta, delegado provincial de Competiciones Deportivas de la Federación Andaluza de Caza, en la provincia de Córdoba hay unas 17.000 licencias para practicar lo que consideran ante todo un deporte, pero con amplias repercusiones naturales.

«El cazador defiende la caza social y deportiva, así que los políticos deben entender que somos un colectivo muy importante para el mundo rural y la caza deportiva y social, para los pueblos de toda Córdoba», dijo. El cambio en los modos de vida no ha conseguido frenar a la actividad cinegética, que sigue teniendo auge.

«Tenemos sociedades deportivas en todos los pueblos de Córdoba, y en algunos de ellos hay dos», afirma. El delegado de la Federación, José María Labrador, destacó que en municipios de menos de 5.000 habitantes están casi una cuarta parte de los cazadores, en concreto más de un 23,6 %, y eso sirve «como medio vida».

«Es algo que sirve para el arraigo de la población», insistió, en un momento en que la pérdida de habitantes en los lugares más pequeños es un problema que preocupa y se buscan ante todos formas de «fijar» a las personas a su territorio. La caza, forma de vida tradicional, es una forma para conseguirlo.

Porque la actividad cinegética genera por sí misma muchas otras, desde la fábrica y distribución de armas hasta el equipamiento, el cuidado y la gestión de los cotos y toda una industria que puede mantenerse todo el año en la provincia de Córdoba. A ello se dedican algunos de los 65 expositores que este año forman parte de Intercaza.

Entre ellos está Santiago, que tiene una empresa llamada Tu Gestor Cinegético que se dedica a la gestión documental de los cotos de caza, de los planes técnicos, trámites administrativos, autorizaciones y ampliaciones. «Una montería necesita la comunicación previa, con planimetría y cartografía y toda la documentación», resumió.

A rasgos generales la caza se mantiene estable, pero sí ha cambiado. La caza mayor, que es la de ciervos, jabalíes o muflones, tiene ahora más protagonismo frente a la menor, que es la de pequeñas aves, conejos o liebres, ya que sobre todo las poblaciones de estos últimos animales están diezmadas por algunas enfermedades, según explicó.

Porque la caza tiene una utilidad para la naturaleza, frente a cierto tipo de lecturas. Por un lado, como explicó el técnico de Turismo del Ayuntamiento de Hornachuelos, Félix Murillo, ayuda a que la población de los animales no se multiplique de forma descontrolada, y eso crearía daños en la agricultura y en la fauna autóctona.

También les ayuda a perdurar en el tiempo, porque ni el ciervo ni el jabalí, que al no tener actividad ganadera no tendrían garantizada la supervivencia sino fuera mediante el interés que despiertan para la caza. Como talones de alquiles está, más que el furtivismo, el silvestrismo, que es la captura de pequeños animales con pequeñas trampas, prohibido por la ley. Es algo, aseguraron los responsables federativos, que ha dañado mucho al sector.

Venta de armas, taxidermias, placas para trofeos, cetrería y novedades tecnológicas, como un collar con antena que permite localizar a los perros sin necesidad de cobertura telefónica y con más potencia que los satélites normales, están entre lo que se ofrece a lo largo de Intercaza.

Allí muchos pueblos de larga tradición, tanto de Córdoba como de fuera de la provincia, ofrecen sus cotos y su actividad para mostrar que los empleos y actividades en torno a la caza siguen siendo capitales a lo largo de todo el territorio de Córdoba.