El recuerdo de Manolete manda en Córdoba en el 77 aniversario de su muerte

En el mausoleo del cementerio, numerosas personas del mundo de la tauromaquia, junto a representantes de las autoridades y cordobeses a título particular, se han reunido en torno a una ofrenda floral que concluyó con un breve responso en el que se rezaron un padrenuestro, un avemaría y un gloria. A los asistentes se les regaló un cartel de la alternativa como recuerdo, y diversas personas dejaron sus ramos en la tumba, además de arrojarle flores.

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Tras una breve presentación del fundador de La Montera, Ladislao Rodríguez, el acto siguió con otra intervención del moderador del evento, Paco Lara, quien resaltó que precisamente este sencillo homenaje empezó en 1991 con una mujer, María de los Ángeles Alcántara, glosando la figura de Manolete, y este fue otra la encargada de esta labor, Rosa María Expósito, presidenta de la peña taurina de Priego de Córdoba.

Expósito, la única presidente de una peña taurina de la provincia de Córdoba, destacó numerosas virtudes del torero, tanto dentro como fuera del ruedo, lo que a su juicio lo convirtieron en una figura legendaria: «Su elegancia y valentía en el ruedo hicieron de Manolete un icono no sólo en España, sino en todos los países donde se celebran festejos taurinos». Para la oradora, «Manolete fue único». La presidenta de la peña taurina de Priego de Córdoba definió el toreo de Manolete como algo muy personal, «caracterizado, como es sabido, por una elegancia y un valor excepcionales».

Por la noche, a las 21.30 horas y en la plaza del Conde de Priego, ha tenido lugar el homenaje organizado por la Casa de Jaén en Córdoba. La ponencia a cargo del presidente de la Fundación Toro de Lidia en Córdoba, Francisco Gordón, tuvo la particularidad de estar compuesta en verso, y en concreto en quinteto encadenados que sirvieron de original elegía. «Aunque suene herético, Manolete tiene algo de Cristo, se asemeja en su vida, y su muerte recuerda al Calvario, como sufrimiento y muerte míticos», explicó Gordón. «La persona de Manolete ha trascendido hasta tal punto que 107 años después de su nacimiento, en el fondo sigue vivo».