EL NORTE DEL SUR
Álvaro
La ciudad lleva días aferrada a un resquicio de esperanza
72 horas en el tren de una angustiosa desaparición
Una ciudad enterita lleva días con la respiración cortada queriendo creer en lo que la realidad niega, esperanzada en que sirva de algo preguntarte que dónde te has metido, Álvaro, cuéntanos, hombre, qué es lo que te ha pasado, cuándo vuelves, dónde quieres que te ... esperemos, que allí vamos a ir a todos a darte un abrazo, que basta ya de esta broma pesada, venga, y te lo decimos con todo el cariño que te tenemos, que vaya cómo estaban tus colegas, tu gente, este sábado en Las Esclavas, que es que no cabía un alfiler, y no es de extrañar al ser quien eres, un tipo de una pieza, pura vitalidad, un roble que tus padres plantaron en Córdoba y que se ha hecho mayor de edad, un vecino más, tan jovial y entero y querido que los tuyos, que son multitud por si alguna vez lo habías dudado, colapsaron la entrada a la iglesia en la que habían convocado un rezo por ti, tanto que una chica así de tu misma edad se desmayó de los puros nervios y uno de los padres que andaba por allí la cogió en sus brazos y le recuperó los pulsos, el aliento, la mirada mientras unos mirábamos y otros llamaban a una ambulancia que finalmente no hizo falta.
«Pero de qué te preocupas, muchacha, si él está ya de camino a Córdoba. Tranquila, tranquila, que dentro de nada va a venir y los vamos a celebrar». Eso le dijo a la chavala, te lo juro Álvaro, el adulto que la acunó al pie de la cruz que hay en la plaza de San Juan como si fuera su niña recién nacida.
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Álvaro Prieto: 72 horas en el tren de una angustiosa desaparición
Mientras toda España tiene entre sus ojos a este joven cordobés de 18 años desaparecido en Sevilla el 12 de octubre, la inquietud al paso de las horas crece, como las incógnitas sobre lo que pasó y su destino que la Policía intenta responder
¿Y viste la pancarta que sacaron este fin de semana en El Arcángel? Pues mira que les diste suerte, que a esta gente, ay, le cuesta bastante ganar y resulta que le metieron dos al Mérida así como quien no quiere la cosa. Igual fue un homenaje que te querían rendir como antesala al recibimiento con el que los de más fe y confianza en el destino te quieren preparar.
Córdoba entera con un solo nombre en la cabeza, agarrada a la posibilidad remota o cierta de que un golpe de suerte la convenza de que todo esto ha sido un mal sueño.
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