EL NORTE DEL SUR
Cine Moretti
Hay películas que piden a gritos proyectarse en un sala al aire libre, como 'El sol del futuro'
Los cines de verano de Córdoba siguen en suspenso tras unos meses de fundido en negro
Córdoba
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Iniciar sesiónHay películas que parece que están rodadas para proyectarse en un cine al aire libre. 'El sol del futuro', por ejemplo, la última de Nanni Moretti. Ese momento Franco Battiato del final, con el protagonista más ido de la ... cabeza que en el resto de la cinta, supo a poco este viernes pasado, por cierto el último día del verano, en una sala cubierta y al uso de un centro comercial de la ciudad, porque lo que pegaba era que los personajes danzaran a su bola, como poseídos por la música, mientras las luces tenues del ambigú se vuelven de pronto potentes, el portero le llame la atención a quien enciende un cigarro antes de salir a la calle, y el señor de al lado le dice a su acompañante que ves cómo tenía yo razón y lo suyo hubiera sido que echaras una rebequita, que la noche al raso es la noche al raso aunque estemos a finales de septiembre.
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Ir hoy al cine es casi un acto de resistencia, algo parecido a acercarse al quiosco a comprar el periódico: una entrada sin descuentos -que los hay- vale lo mismo que una cuota de un mes en alguna que otra plataforma en la que el suscriptor dispone de miles de obras maestras de todos los tiempos a su alcance. Pero hay que ir, siempre hay que ir. En la sala de la otra noche, con apenas diez personas, alguien se olvidó de cerrar la puerta por la que se habían marchado los espectadores de la sesión anterior, justo bajo el ángulo inferior derecho de la pantalla, y empezaron los anuncios promocionales de las novedades en la cartelera con la suposición falsa de los asistentes de que de un momento a otro iba a llegar un empleado a ajustarla. Y no: Moretti tiró del telón de su historia delirante y la corriente que entraba de la calle se aliaba con el aire acondicionado del patio de butacas. De pronto, una chica se levantó, bajó las escaleras y entornó la hoja de la salida de emergencia. Escuchó el agradecimiento de varios espectadores y la recriminación de otro.
«Pero, mujer, con la brisita que entraba se estaba muy a gusto, y la claridad tampoco es que molestase tanto», vino a decirle en un tono educado si bien agriado. Pensé entonces en que a la mañana siguiente ya iba a ser otoño, y que el verano se había pasado con el Fuenseca, el Olimpia, el Coliseo y el Delicias criando jaramagos. Y que está bien alguien haga algo para que esta anomalía de la vida cotidiana del estío de Córdoba sea pasajera.
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