Sabían lo que hacían: conocían perfectamente el recinto, los depósitos y tenían un plan trazado sin fisuras. Así fue como el pasado 30 de agosto se produjo el gran robo en la almazara Marín Serrano El Lagar, del municipio cordobés de Carcabuey, de donde ... se llevaron unos 56.000 litros de aceite.
Según ha explicado este viernes el gerente de la empresa, Martín Parra, en declaraciones a la COPE, «nuestra almazara está dentro del pueblo: entraron con dos camiones cisterna de 28 toneladas cada uno. No saltaron las alarmas. Enchufaron perfectamente las mangueras para hacerse con el aceite, con pericia, como lo haría un operario de la empresa; en poco más de dos horas acabaron», ha apuntado el gerente.
Es más, «hasta la misma manguera utilizada la dejaron enroscada; esa práctica es de alguien que está acostumbrado a realizar este tipo de cargas y, encima, es una persona cuidadosa», ha aseverado Parra.
El lote de AOVE robado puede alcanzar los 500.000 euros en un mercado en el que, debido al alza de los precios, para los cacos es más rentable robar en una almazara que en un banco. «Pero ahora tienen que colocar todas esa cantidad de producto en el mercado y no va a ser fácil. Es la esperanza que tenemos», ha señalado el portavoz de la almazara asaltada.
Sin documento de trazabilidad
Según ha explicado, «ese aceite tiene que ser derivado a una industria sí o sí; no se puede ir vendiendo en pequeñas porciones; hace falta procesarlo y envasarlo».
Además, hay otra dificultad más para los cacos: la falta de un documento de trazabilidad del producto, algo que según normativa se exige a la hora de comprar cualquier lote de aceite. «La empresa que lo adquiera sabe que compra algo fraudulento», ha indicado Parra.
La investigación está abierta «y los agentes nos piden paciencia: son muchos litros y esperamos que la dificultad a la hora de venderlos sea determinante para que recuperemos el producto», ha concluido el gerente.
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