La 'Giralda' original está en Córdoba: este es el pueblo que aún conserva su color rojo
Montoro presume de una torre neoclásica que recuerda a la Giralda de Sevilla y está construida con piedra rojiza típica de la zona
Este pueblo de Córdoba tiene una tradición centenaria que pocos entienden: «Es barroco puro»

En pleno corazón de la provincia de Córdoba, en el municipio de Montoro, se alza una imponente torre que muchos comparan con la Giralda de Sevilla, aunque con una particularidad: su inconfundible color rojo, fruto de la piedra molinaza característica de esta zona del Alto Guadalquivir.
Una torre en tres cuerpos
La torre que preside la Iglesia de San Bartolomé Apóstol y Santiago se construyó en varias fases. Su estructura se compone de tres cuerpos bien diferenciados:
El primer cuerpo fue levantado junto con la sacristía del templo. Este bloque formaba parte de la primera terraza, en cuya parte superior se situaban dos arcos: uno albergaba dos campanas con una inscripción de 1475 atribuida a los Reyes Católicos, y el otro contenía cinco campanas más.
Ya en el siglo XIX, el edificio original fue parcialmente derribado para construir los dos cuerpos restantes. Estos nuevos niveles siguen una estructura armónica, con cuatro arcos cada uno. En el segundo cuerpo se encuentra el reloj, mientras que el tercero está coronado por una cúpula octogonal, completando una silueta muy similar a la de la famosa Giralda sevillana.
Actualmente, no es posible acceder al interior de la torre, pero su estampa exterior y su historia la convierten en una visita obligada.

Una iglesia entre el Gótico y el Renacimiento
Esta torre neoclásica está situada en la Plaza de España de Montoro, un lugar lleno de encanto que resume a la perfección la estética de este pueblo declarado Conjunto Histórico-Artístico. El acceso para admirar esta joya arquitectónica es completamente gratuito.
La Iglesia de San Bartolomé Apóstol y Santiago, donde se ubica la torre, es un templo de gran valor artístico e histórico. Su construcción se inició a finales del siglo XV y finalizó en el XVI. Se trata de un claro ejemplo de arquitectura de transición entre el Gótico tardío y el primer Renacimiento. En su fachada principal se aprecia esta evolución estilística, con elementos del gótico ojival y toques iniciales del plateresco.
Esta obra se atribuye a la célebre dinastía de arquitectos Hernán Ruiz, responsables también de partes de la Giralda de Sevilla, lo que refuerza aún más la conexión entre ambas torres.
Desde 2002, tanto la iglesia como su torre están incluidas en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, lo que garantiza su conservación y puesta en valor.
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