Agricultores, cazadores y vecinos unen fuerzas para proteger la biodiversidad en Aguilar de la Frontera

Por este motivo la Fundación Artemisan, en colaboración con la Federación Andaluza de Caza y con el apoyo de la Sociedad de Cazadores de Aguilar de la Frontera, inició esta aventura que ya está viendo sus frutos, aunque no culminará su desarrollo hasta el año 2025.

Los suelos desnudos en los que se cultivaba el olivar eran incompatibles con cualquier tipo de vida para la fauna silvestre como aves, insectos o pequeños invertebrados. Además esa desnudez del suelo facilita el arrastre de tierras y la aparición de la indeseada erosión cada vez más extendida en este tipo de orografías.

En Aguilar de la Frontera los cazadores lo tuvieron claro y se erigieron en defensores de la biodiversidad y de introducir otras técnicas en el olivar que no perjudicasen a la producción.

Noticia Relacionada

Juanma Moreno pisa el acelerador para la llegada de la autovía del olivar a Puente Genil

Rocío Díaz

El presidente de la Junta de Andalucía arropa al candidato popular a la Alcaldía con el objetivo de que la «ola de cambio» también llegue al municipio

Así se demostró ayer en una visita de análisis del proyecto que reunió al consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía, Ramón Fernández Pacheco, al presidente de la Federación Andaluza de Caza, José María Mancheño, al director de la Fundación Artemisan, Luis Fernando Villanueva, a la alcaldesa de Aguilar, Carmen Flores, y al presidente de los cazadores aguilarenses, Cristóbal Reina.

Y tal como avanzaban los estudios científicos previos la experiencia está corroborando lo que se venía anunciado. Después de dos años de proyecto es palpable que la implantación y el mantenimiento de las cubiertas vegetales no sólo no acaban con la producción del olivar sino que benefician el cultivo mejorando el estado vegetativo, reteniendo humedad en el suelo y evitando su erosión. A esto se unen otras prácticas como evitar el desbroce hasta, al menos, los meses de julio y agosto permitiendo así mantener el espacio en el que desarrollan su vida pequeños animales o aves.

De este modo, científicos de la Fundación Artemisan ya están realizando labores de monitorización mediante censos de pequeñas aves, insectos polinizadores y vegetación así como otros censos de especies cinegéticas, rapaces y otras aves que se encuentran en este ecosistema.

El proyecto se está desarrollando en un área de 350 hectáreas dividida en dos zonas. Una experimental, donde se realizan las actuaciones, y otra de control, donde se compara el efecto de las medidas implantadas. En los próximos meses se seguirán dando a conocer datos y conclusiones.