Agricultura
La producción de aceite de oliva en Córdoba se quedará en la mitad en una campaña marcada por la sequía
El aforo de la Junta para la campaña 2022-2023 estima 158.000 toneladas, menos de lo previsto por las organizaciones agrarias
Córdoba
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Iniciar sesiónLa campaña del olivar que está a punto de empezar -en algunas zonas ya se han recogido aceitunas de verdeo- será desastrosa para el campo cordobés en lo que se refiere a la producción del aceite de oliva, el primer producto alimentario en ... volumen de exportaciones. La situación se veía venir, debido sobre todo a la persistente sequía, y las previsiones de las organizaciones agrarias apuntaban a una gran caída en la producción. La realidad ha resultado ser incluso peor.
La Junta de Andalucía ha presentado este jueves en Jaén el aforo de la campaña del olivar 2022-2023, que contempla una reducción en la producción de aceite de oliva de un 49 por ciento. En el caso concreto de la provincia de Córdoba, las previsiones indican que las almazaras serán capaces de poner en el mercado 158.000 toneladas de aceite de oliva (excluyendo el ecológico, que sigue siendo residual). En la campaña se produjeron 300.000 toneladas de oro líquido, lo que indica una bajada del 47 por ciento, en la línea con la media andaluza.
Se necesitan algo más de cinco kilos de aceituna de media para elaborar un kilo de aceite de oliva, por lo que la recogida del fruto se estima para la presente campaña en unas 850.000 toneladas en la provincia, también muy inferior a la del año pasado.
Las estimaciones del sector no eran tan malas, aunque han ido empeorando conforme avanzaba el año meteorológico casi sin asomo de lluvias y con muy altas temperaturas durante la primavera y el verano. En agosto, Asaja Códoba estimaba que la producción se quedaría en 180.000 toneladas frente a las 158.000 señaladas oficialmente por la Junta este lunes. Las cooperativas eran algo más optimistas y preveían un poco más de 200.000 toneladas.
La clave de esa caída en la producción hay que buscarla sobre todo en la sequía. La consejera de Agricultura, Carmen Crespo, ha dicho durante la presentación que esta campaña se presenta «condicionada por el cambio climático y la sequía pertinaz que sufrimos de forma reiterada en los últimos años».
Pero no es el único motivo para explicar la bajada en la produción. Aunque está en estrecha relación con la sequía, hay que tener en cuenta también las tres olas de calor sucesivas por encima de los 40 grados desde comienzos del verano, que afectaron al fruto en su etapa de maduración.
Hay que valorar también, aunque es más difícil de cuantificar, la vecería, un fenómeno natural por el que se produce una alternancia en la producción, que se da no sólo en el olivar. Cuando un árbol produce muchos frutos en una o varias campañas, puede darse una añada con mucha menos carga. De hecho, las campañas del olivar suelen tener marcadas oscilaciones y no todas pueden justificarse por la escasez de agua.
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En cualquier caso, la campaña 2022-2023 será la peor en prácticamente una década. La producción sólo fue inferior en el ejercicio 2014-2015, cuando aún no había sequía si bien el descenso también tuvo que ver con fenómenos metorológicos. En 2015 se dieron temperaturas muy elevadas en mayo, lo que afectó a la floración; y poco después, en junio, el valle del Guadalquivir sufrió tormentas de granizo que destrozaron la aceituna.
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