Patrimonio
La Posada del Potro cumple medio siglo en manos del Ayuntamiento de Córdoba con altibajos
Aniversario
El anhelo de que el edificio cervantino tuviese titularidad municipal nació en los años 20, pero no se materializó hasta 1972 y se demoraría hasta su estreno como centro flamenco en 2010
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Concierto flamenco en la Posada del Potro
Cincuenta años se cumplen de un momento histórico para la Posada del Potro, el edificio de atractivo aroma cervantino en el que se conservan, por su arquitectura, las esencias de las más antiguas corralas de vecinos que proliferaron durante los siglos XIV y XV.
Fue en el año 1972 cuando el inmueble abandonó sus anteriores usos privados y pasó a formar parte del patrimonio municipal, un movimiento estratégico que promovió el historiador, cronista y por entonces teniente de alcalde Miguel Salcedo Hierro.
Hay imágenes de ese año en las que se puede ver a varios arquitectos y técnicos municipales visitando el inmueble, que desde el principio se pensó que debería de tener usos culturales y quedar abierto al público con una estética lo más parecida a la original y como atractivo turístico, algo lógico en una plaza como la del Potro que es Monumento Nacional desde los años 20.
El devenir del edificio desde entonces hasta hoy no ha sido sin embargo tan glorioso como se preveía, hasta el punto de que tuvieron que pasar varias décadas hasta que se le diese un uso preciso como Centro del Flamenco dedicado al cantaor pontanés Fosforito. E incluso así no ha logrado mantener una constancia en su programación como se hubiese esperado, con extraños altibajos.
Comida de celebración en la Posada del Potro en la década de 1930
Uno de los grandes defensores de la Posada del Potro y de la protección de la plaza fue el artista y director del museo de Bellas Artes Enrique Romero de Torres, que, al igual que su hermano Julio, se había criado allí mismo, en el edificio del Museo Provincial del que su padre era director.
En un artículo publicado en el Boletín de la Real Academia en 1948, Romero de Torres lamentaba los excesos que se habían cometido tanto en la plaza como en la posada. El artista explicaba que el Potro es «uno de los lugares cervantinos, quizá el más bello y típico de Córdoba, donde se conserva a través de los siglos, con su primitiva traza y carácter tradicional, el vetusto mesón que dio nombre a este sitio y barrio en la collación de la Ajerquía, mencionados en 'El Quijote' por el inmortal Cervantes, para legítimo orgullo de esta ciudad, patria de su ascendencia paterna».
«Es el más bello y típico lugar cervantino de Córdoba con su primitiva traza y carácter tradicional»
Enrique Romero de Torres
Romero de Torres también recuerda en su texto que «esta plaza histórica era entonces el centro de la picaresca andaluza, donde se congregaban los célebres 'agujeros del Potro', los mercaderes, trajinantes, arrieros y rufianes, alrededor de la preciosa y alegórica fuente, con un potro a la empinada, que estuvo emplazada hasta el siglo XVII más abajo de su colocación actual».
Lamentaba Romero Barros el descuido que había sufrido la fuente, por entonces ya restaurada, así como las reformas modernas que el propietario de la Posada del Potro había realizado en el inmueble, y que fueron eliminadas gracias a su mediación. También mostraba su contrariedad por el derribo a finales del siglo XIX del Mesón de la Madera, que cerraba la plaza en su flanco Sur y la abría a la Rivera tal como hoy la conocemos.
Imagen retrospectiva de la Posada del Potro
En ese sentido, recordaba que fue propuesta suya traer hasta su actual emplazamiento el San Rafael del artista francés Verdiguier que hoy cierra la plaza en esa zona y que antes se encontraba ubicado en la plaza del Ángel y con escasa vistosidad.
El valor del Potro, como el propio Romero de Torres explicaba, residía por una parte en su singularidad arquitectónica. En su ficha municipal se puede leer al respecto que «es un tipo de edificación de los siglos XIV y XV llamada corral de vecinos, en el que las estancias se disponen en torno al patio común que generalmente tiene pozo, pilón y galería».
Se añade que la actual Posada, con sus seiscientos años de historia, declarada monumento artístico y BIC en el conjunto de la plaza, «conserva casi intacta la morfología de su parcela, habiendo perdido dos o tres habitaciones que fueron englobadas por casas adyacentes».
Rosa Aguilar prometió el Museo Fosforito, pero tan lenta fue su apertura que se quejó hasta el cantaor
Más allá de esas claves arquitectónicas que singularizan al inmueble, también es de enorme importancia el hecho de que sea la única posada de las nombradas en El Quijote que sigue en pie, pues la otra que quedaba, la Posada de la Sangre de Toledo, fue demolida durante la guerra civil de 1936.
El propio Enrique Romero de Torres fue el que propuso la adquisición pública de la Posada, que él pensaba que debería destinarse a un museo y biblioteca dedicados a Miguel de Cervantes y en memoria a las noches que allí pasó el escritor como recaudador de impuestos. Aunque Romero de Torres murió sin ver ese reto logrado, no pasarían demasiadas décadas hasta que el Consistorio cordobés pudo al fin adquirir la propiedad.
Arquitectos y técnicos del Ayuntamiento de Córdoba en 1972
Reformado en los 70, se convirtió en un espacio cultural de usos diversos, polivalente, pero nada tan especial como lo que pensaba el insigne pintor. A comienzos del siglo XXI, y bajo el gobierno de Rosa Aguilar, se anunció como futuro Museo Fosforito, pero tan lento fue el proceso que hasta el propio cantaor acabó mostrando sus quejas por las demoras.
Abrió en 2010 como centro flamenco tras numerosos retrasos y desde entonces hasta hoy ha alternado momentos de brillantez en su programación expositiva y musical con otros periodos de inacción o cierta abulia.
Ahora recupera su actividad en estos días festivos -como viene haciéndose estos últimos años por estas fechas- con un amplio programa de villancicos y zambombas flamencas y visitas guiadas diarias. Sin olvidar las 'Matinales' que están incluyendo jóvenes valores (y no tanto) del flamenco con uan clara vocación turística en sesiones dominicales y matutinas. Será un buen momento para disfrutar de su espíritu cervantino y cuando se cumple medio siglo del momento en el que el Ayuntamiento consiguió ser el dueño.
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