La investigación comenzó a principios de diciembre cuando los agentes localizaron, en una conocida página web de compra-venta de objetos, a un usuario que quería comercializar monedas históricas. En concreto anunciaba tres lotes: dos de ellos se componían de un total de 90 piezas de cobre y bronce -«Posiblemente pertenecientes a la época romana»-, y en un tercero ofertaba 37.
Por ello, los policías nacionales llevaron a cabo diferentes pesquisas. En ellas, descubrieron que a este anunciante le constaba en la referida página de Internet, más de 40 anuncios ya eliminados en los que buscaba comprador para objetos relacionados con el Patrimonio Histórico, tales como estatuas o vírgenes.
Se desconoce la procedencia de los lotes
Como resultado de todas las gestiones realizadas por los agentes, en las que se contó con la colaboración del Museo Arqueológico, se procedió a determinar la relevancia histórica de los tres lotes de monedas, si bien no se puede establecer su procedencia. Se identificaron algunos ejemplares como de principios del siglo IV y otros, como monedas españolas del siglo XVII, probablemente acuñadas durante el reinado de Felipe IV.
Del resultado del informe elaborado, se desprendía que dichas piezas debían ser catalogadas como auténticas, de «indudable importancia como objetos arqueológicos«. Se determinó, además, que »su valor como documento arqueológico se ha anulado irremediablemente, ya que se ha perdido la información que poseían en su contexto arqueológico, y que podían haber sido recuperadas en una excavación, produciendo una pérdida de información irrecuperable«.
Los policías nacionales que desarrollaron esta investigación finalmente lograron localizar a la persona anunciante, a quien se le imputó un delito contra el patrimonio histórico.
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