Pepe Begines: «Jamás le daría al público algo que lo aburra o lo mande a la barra a pedir»

-Han pasado casi 40 años de la formación del grupo. ¿En qué ha cambiado?

-Yo creo que el alma sigue siendo la misma. Lo que ha cambiado en un momento dado, es el grupo. Es un quinteto y empezamos nueve. Al principio podíamos hacer tres tríos. Se ha vinculado más al rock que al pop, es un poco más rockero. De hecho, en la última gira se llamó 'Agrorock', porque creo que teníamos un sonido más contundente, pero nuestro espíritu de estar a pie de calle con el pueblo, de un humor absurdo, surrealista y cotidiano, procuramos seguir teniéndolo.

-¿Cómo era hacer una música con sentido del humor cuando parece que una canción para ser buena tiene que ser trascendente y seria?

-Yo recuerdo canciones muy cachondas de Veneno, incluso de Golpes Bajos, como 'Colecciono moscas'. Era un humor a veces más encriptado, a veces menos, pero era un humor claro y directo. Yo de verdad que no lo pensé, porque este proceso fue totalmente silvestre. Nosotros no hemos preparado una idea para plasmarla en canciones, sino que es cuestión de una personalidad. Nacimos por fiesta, igual que nace el flamenco, por bulería, por alegría, por tanguillo, y nosotros nacimos de la misma manera. Es resultado de algo natural. No hubo un trabajo previo pensando y filosofando a ver qué despachar. Es lo que hubo y así hemos seguido, y creo que lo que hemos respetado es la planta que nació al principio.

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-Hace años en un reportaje hablando del rock andaluz y de los grupos andaluces que surgieron en los 70 y primeros 80, dijo que la aparición de ciertos discos era como si saliese un nuevo disco de los Beatles o los Stones.

- Sí, claro. Yo recuerdo que Paco de Lucía me dijo, «Pepe, las influencias uno las coge y las hace suyas. Por eso son influencias, si no serían plagios». Todas esas influencias nos entraron vía alma. Yo me refería a ese comentario con Silvio, porque su primer disco, 'Al este del edén', para mí reunía una serie de facultades que no tenían ni de lejos otra gente de a pie de calle. Silvio decía «Mamá y papá, tomando te en el salón, y yo con mi cuadro de Victorio Macho», que era un escultor. Esas cosas me sacaban de la órbita, porque el surrealismo de esto, aparte de tener gracia, tiene mucha cultura intrínsecamente. Los grupos de esos años estaban rompiendo el hielo, y eso es muy difícil. Cuando yo era pequeño, ver una guitarra eléctrica era como ver un OVNI, En mi pueblo, en Los Palacios, que somos ya 40.000 habitantes, ahora mismo habrá 40.000 guitarras eléctricas. Cuando yo era chico había tres. La capacidad de asombro que tenía era muy grande, ¿no? Y de influencia más.

- ¿Ha sido un poco reivindicar el orgullo de pertenecer a estos pueblos del campo andaluz también?

-Hombre, en gran parte también, evidentemente. Yo abogo por cantar con desparpajo y sin ningún tipo de complejo. El titular de mi música siempre es la música sin complejos. La gente del pueblo tenía un poquito ahí un cierto punto de vergüencilla. Se les decía catetos. Creo que hemos ganado esta guerra. Porque ahora mismo todo lo más es lo rural. Rutas rurales, casas rurales. Ahora esto es la élite de todo. Se reconoce que en Fuente Vaqueros estuvo el poeta más grande. En Sevilla de las personas más adoradas será Curro Romero, y es de Camas, y cecea igual que yo. Las personas que hemos estado más en contacto con la naturaleza, y menos con el asfalto, hemos perdurado más en la proyección de la cultura. Yo soy también muy urbano. A mí gustan mucho Sevilla, Córdoba, Cádiz y Madrid, si es necesario, me gustan mucho, pero también me gusta volver al pueblo. Porque quiero estar cerca del trigo y de las amapolas.

- ¿Había entonces más salto del pueblo a la ciudad, más diferencia?

-Sí, había más salto. Y además en todos los sentidos. La ciudad se ha acercado más al pueblo, más que el pueblo a la ciudad. El pueblo siempre quiso ver las noticias, el mundo, la cultura, la vanguardia cultural y todo lo demás en la ciudad, y la ciudad es la que finalmente ha tendido a acercarse a los pueblos.

-Sin que existiera el concepto de lo viral, hicieron virales muchas cosas, como 'Bolillón' o '¿Y tú de quién eres?' ¿El agro-pop era eso y qué más?

-Y también procurar hacer buena música, eso es evidente. Procurábamos hacer una música que refleje nuestros sentimientos. Hasta el pianista tenía su carrera de piano. Hay una anécdota que puede resumirlo todo. Varios de los componentes tenían una banda/orquesta, para actuar en diferentes fiestas y demás y ganar un dinerillo para comprar nuevas guitarras y nuevos amplificadores. El repertorio eran los Rolling, los Beatles o Los Brincos. Nosotros hemos procurado escuchar mucha música y por eso tocamos tantos palos, como el reggae, el rock o el flamenco. Tiene una base muy sólida y es lo que hay detrás.

-Los críticos han dicho de ustedes que los discos no han hecho justicia para los buenos que son sus directos. ¿Disfrutan también con ellos?

-El directo es la verdad. Bueno, acordémonos de Milli Vanilli. En 2000 grabamos un disco, que tuvo el 'Footing tonight' y canciones que fueron relevantes, y recuerdo que el productor, Silvio Castillo, que en paz descanse, llamaba a un guitarrista para grabar una canción en concreto. Yo le decía que cómo podía ser si nuestro solista es mejor que ninguno. Y él creía que esa canción en concreto era mejor. Un disco es como una foto musical. Yo una foto me la puedo hacer vestido de indio, pero realmente el directo es lo que refleja un grupo de verdad. 'Show me', como dicen los ingleses. Enséñame lo que tú tienes ahí. El directo es la verdad y nosotros somos muy puros y verdaderos, creo.

- Ahí se también la reacción de la gente, ¿no?

- Sí, totalmente, en tiempo real. Me conecto mucho con el público y yo me siento como uno del público. Yo jamás le daría al público algo que lo aburra, lo distraiga o lo mande para la barra para pedir porque no le gusta lo que hay. Sólo si tiene sed y no puede evitarlo. La esencia de un directo es que en la hora y cuarto, hora y media o las dos horas que estén allí no haya ningún desperdicio. Esa es mi máxima. Yo siempre lo llevo a cabo porque creo que es una fiesta y mi misión es que todo el mundo salga de allí más contento.