LEY DE LA VIVIENDA
Los okupas ponen el foco ahora en las parcelaciones de Córdoba
Las usurpaciones de domicilios registraron en la ciudad una bajada del 11% entre 2022 y 2022, y la preocupación de los Administradores de Fincas está en los núcleos periféricos
La nueva ley de vivienda enfoca a dos barrios de Córdoba como «zonas tensionadas» de alquiler
R. Aguilar
Córdoba
La nueva Ley de la Vivienda ha puesto en guardia a no pocos propietarios de inmuebles por los derechos que otorga a los inquilinos, y hace temer que crezca el número de ocupaciones de casas, pisos y apartamentos. El riesgo es que se invierta ... la tendencia a la reducción de las usurpaciones de domicilios privados, que ha sido apreciable desde 2021.
La periferia y el Casco Histórico, focos de las últimas okupaciones en Córdoba
Luis MirandaLas asociaciones constatan salidas rápidas tras las últimas acciones, casi siempre en casas de particulares
Las últimas cifras de las que dispone el Ministerio del Interior, y que fueron facilitadas ayer por esta instancia del Gobierno a ABC, indican que la bajada de las okupaciones ha sido del 11 por ciento entre 2021 y 2022, de tal manera que en este último ejercicio citado las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado registraron 196 denuncias por esta causa, mientras que en 2022 el número fue de 174.
Hay que precisar que esta estadística no discrimina entre los dos tipos penales que conforman este fenómeno: el allanamiento de morada y la usurpación del derecho de uso de un inmueble, porque son calificaciones jurídicas que realiza a posteriori el órgano judicial encargado de la instrucción de cada denuncia.
¿Hay alarma?
Según los datos de la Fiscalía General del Estado, recogidos en la memoria de la institución correspondiente al año 2021, sólo el 0,85 por ciento de los delitos genéricos de ocupación se refieren a delitos de allanamiento, mientras que el 99,15 por ciento son faltas relacionadas con la usurpación.
¿Hay alarma por el hecho de que el nuevo marco legislativo favorezca las okupaciones de viviendas? Este periódico ha pulsado la opinión del Colegio Oficial de Administradores de Fincas y la conclusión de esta corporación profesionales es que, por el momento, existe tranquilidad. En otras palabras: la preocupación no va a más.
De hecho, la sensación de los directivos de la citada entidad es que la foto fija del fenómeno de las okupaciones no se ha movido desde hace unos tres años, cuando los principales focos se encontraban no el casco urbano si no en la periferia, esto es, en las parcelaciones. Es en ellas, en sus comunidades de propietarios, donde sigue habiendo inquietud por la usurpación y el allanamiento de inmuebles, si bien el alarmismo queda lejos.
Intermediación
¿Y cuáles son las zonas del extrarradio en las que los Administradores de Fincas reciben más consultas o peticiones para que realicen labores de intermediación por este fenómeno? Se trata de núcleos de población situados en Levante, en concreto las urbanizaciones El Sol y Los Encinares de Alcolea, de acuerdo a la información facilitada por el colectivo profesional en cuestión a este periódico.
Son casos parecidos pero que tienen dos ritmos, o antecedentes, distintos. En Los Encinares de Alcolea el problema está casi cerrado, y fue peliagudo justo antes de la pandemia. «El tema llegó a los tribunales y ahí se resolvió», indican a ABC las referidas fuentes del Colegio de Administradores de Fincas. Entonces, hace tres años, la preocupación prendió entre los vecinos. Lo explicaba ayer uno de ellos durante un recorrido por el enclave que realizó ABC.
«En parte tuvo que ver con un vacío, o con un cambio, en el servicio de seguridad de la parcelación, que aprovecharon algunas personas, que no fueron pocas, para meterse en las casas que estaban vacías», declaraba José M. en una urbanización de viviendas adosadas de la zona alta del núcleo de población cercano a la barriada periférica de Alcolea, y justo en la confluencia de las calles Chaparreras y Aloe.
Un vecino veterano
Pedro Barragán es un residente antiguo de la zona. «Vivo aquí, solo, desde que me jubilé hace unos años: soy viudo y mis hijos vienen a hacerme compañía y a traerme comida y las cosas necesarias los fines de semana. Ahora hay más tranquilidad con las ocupaciones, pero en los meses antes de la pandemia lo pasamos regular, porque no paraban», recalca el hombre.
La situación de El Sol, que es un enclave vecino a Encinares de Alcolea, es distinta. «Ahí sí hay desde hace unos meses al menos tres ocupaciones», apuntan en este sentido los responsables del Colegio de Administradores de Fincas. María H. es vecinos de los alrededores de la calle Lucero. «Todos sabemos dónde están y nadie quiere meterse con ellos. La Policía también lo sabe, y los Servicios Sociales también, porque vienen de vez en cuando a ver cómo están. La verdad es que no dan problemas y al propietario de la casa, que la verdad es que está en unas condiciones regulares, no es que le moleste mucho que estén ahí, porque él lleva años sin vivir allí», resume la mujer.
Cambio de mentalidad
Para los Administradores de Fincas es un hecho constatable que se ha producido un cambio de mentalidad en relación a las ocupaciones de viviendas. «Desde la pandemia, los propietarios están mucho más concienciados del problema al que se arriesgan si dejan sus viviendas vacías, y han tomado medidas: lo estamos viendo día a día en nuestro trabajo», precisaron los interlocutores consultados del Colegio Profesional.
«Ahora, y a diferencia de hace sólo unos años, es mucho más frecuente que los dueños o los bancos coloquen cerraduras más fuertes y seguras [contra los allanamientos o usurpaciones] y que se decidan a vender enseguida si ven que la vivienda está vacía para evitar este tipo de riesgos: han aprendido de los tiempos peores», concluyeron.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete