Cultura
El Museo de Bellas Artes, la eterna 'Cenicienta' de Córdoba: el Gobierno vuelve a relegar la nueva sede
Cultura responde en el Congreso que «no es competente» sobre el espacio y remite a la Junta de Andalucía
La construcción de un nuevo edificio tuvo dotación en los Presupuestos Generales del Estado, pero no solar
El nuevo Museo de Bellas Artes de Córdoba, 12 años en el olvido y ahora fuera de los presupuestos
El Museo de Bellas Artes de Córdoba rescata el Madrid del siglo XVIII en sus dibujos
Una de las salas del Museo de Bellas Artes de Córdoba
Pasan los años, hay nuevos espacios culturales que se inauguran, reformas que se desbloquean y obras que por fin terminan, pero hay algo que no cambia en el panorama de infraestructuras de la ciudad: el Museo de Bellas Artes de Córdoba continúa a la ... espera de un nuevo espacio en el que crecer, mostrar algo más de su amplia colección, poder realizar exposiciones temporales más amplias y tener un margen más amplio.
Así lo reconoce la institución que tiene que realizar una nueva sede: el Gobierno de España, que en una reciente respuesta parlamentaria asegura que no es de su competencia la búsqueda de un solar en que levantar una ubicación para este espacio cultural, ahora desaparecido de los Presupuestos Generales del Estado.
La pregunta la formularon tres diputados socialistas: los cordobeses Rafi Crespín y Antonio Hurtado, además de Guillermo Meijón, elegido por la circunscripción de Lugo, y hablaba sobre las condiciones que debe reunir la parcela que el Ayuntamiento de Córdoba tiene que ceder al Gobierno para construir una nueva sede sin ubicación. También quería saber si había abierta algún tipo de negociación con el Ayuntamiento de Córdoba.
La respuesta del Gobierno, en el mismo noviembre, no pudo ser más escueta y ni siquiera respondió a todas las preguntas: «El Ministerio de Cultura no es competente sobre dicha institución y cabe dirigir la pregunta a la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía».
Esa es toda la respuesta que da el Gobierno, a pesar de que la pregunta era mucho más compleja. El Ejecutivo se desentiende así de una tarea, la de edificar una nueva sede, que es totalmente suya, aunque después se tenga que encargar la gestión a la Junta de Andalucía.
Es lo que sucede con otros dos espacios culturales en la ciudad de Córdoba, que también han recibido inversiones del Gobierno central y cuya gestión también corresponde a la Administración autonómica. Y se están ejecutando o se acaban de ejecutar. Es el caso de la nueva Biblioteca Pública del Estado, que recibirá el nombre de grupo Cántico y que ya está terminada junto a los Jardines de la Agricultura.
El Ministerio de Cultura se ha encargado de las obras en los últimos años y ahora está en conversaciones con la Junta de Andalucía para entregar las llaves y que la Consejería de Cultura se encargue de trasladar los fondos que se custodian en la Biblioteca Pública Provincial, en la calle Amador de los Ríos.
Los Presupuestos Generales del Estado llegaron a consignar casi tres millones para una nueva sede que nunca llegó
Lo mismo sucede con el Museo Arqueológico, que desde hace más de dos décadas está sometido a un larga obra que comenzó con la construcción de una ampliación y ahora continúa con la restauración del edificio primitivo: el Palacio de los Páez de Castillejo. También se han realizado fuertes inversiones a pesar de que la gestión corresponde a la Junta de Andalucía desde las primeras transferencias en la década de 1980. En los próximos años recibirá nueve millones de euros para poder disponer de un edificio histórico cerrado.
La respuesta del Gobierno confirma al Museo de Bellas Artes de Córdoba, antes conocido como Museo Provincial de Bellas Artes, como la 'Cenicienta' de la cultura de Córdoba por ser uno de los más lastrados por la falta de espacio y horizontes. El actual emplazamiento, en el antiguo hospital de la Caridad de la plaza del Potro, apenas permite mostrar una pequeña parte de los fondos y hace muy difícil realizar exposiciones temporales de un formato mediano.
Espacio para exposiciones temporales en el Museo de Bellas Artes de Córdoba
Sólo se pueden hacer en un pequeño pasillo, en que se muestra muchas veces parte de la rica colección de dibujos, una de las más importantes de España. A pesar de no poder contar con una nueva sede, en los últimos años ha tenido que hacer frente además a problemas en las instalaciones y en la infraestructura, que han correspondido a la Junta de Andalucía como administración que lo gestiona.
Su única solución es la construcción de un nuevo espacio y los últimos planes serios datan de la primera década del siglo XXI, entonces en la fiebre de la candidatura de Córdoba a Capital Europa de la Cultura para 2016. Se pensó en aquel momento en un espacio situado entre la torre de la Calahorra, la avenida de Fray Albino y la de Cádiz, a pocos metros del Puente Romano.
Eran los tiempos en que Carmen Calvo era ministra de Cultura en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y el proyecto llegó a aparecer en los Presupuestos Generales del Estado en cuatro ocasiones. Para 2006 se consignaron 300.000 euros, en 2007 fueron un millón, en 2008 llegaron a 2,74 y en 2009, entonces en pleno fragor de la carrera por la Capitalidad Cultural, se alcanzó la cifra más alta: 2,98 millones de euros.
Eran cifras casi simbólicas, porque era imposible ejecutarlas en aquel entonces, ya que faltaba lo más importante. No había solar en que construir el Museo de Bellas Artes, pero el Ministerio de Cultura sí tenía entonces interés en llevarlo a cabo, al menos en los Presupuestos Generales del Estado.
La falta de espacio para el nuevo edificio provoca que el centro siga limitado por la falta de espacio en la plaza del Potro
El Ayuntamiento disponía de la mitad del solar para entregarla al Gobierno, como así había sucedido poco antes con el espacio en que ahora se levanta la Biblioteca del Estado, pero le faltaba el resto. Y el Gobierno municipal no llegó nunca a emprender la tarea de expropiar la otra mitad, que ocupaban viviendas y conocidos establecimientos de restauración del Campo de la Verdad.
Se llegó a hablar de que se podrían hacer permutas por las cuáles los propietarios de las casas que había que expropiar tendrían pisos de protección oficial que se construirían en las cercanías, pero no se llevó a cabo.
Allí pudo haber llegado la colección Circa XX, propiedad de Pilar Citoler, para la que hubo un proceso de negociación con el fin de que llegase a Córdoba. No se encontró un lugar apropiado para estas obras debido precisamente a la falta de espacio, cuando el Museo de Bellas Artes debía tener en su nuevo lugar un doble carácter: el fondo clásico y una buena colección contemporánea.
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