Día Internacional
8M Mujeres que dirigen el campo en Córdoba: «Nunca me he encontado ninguna barrera»
ABC recoge el testimonio de cinco mujeres que rompen los estereotipos en el sector primario de la provincia
Manifestaciones del 8M en Andalucía: horarios y recorridos
Isabel del Río, responsable de la finca cinegética Las Rosas de las Cabezas
María Rosa Alcántara, propietaria de Setacor, una empresa de setas en Villafranca; Soledad Serrano, directiva de Fincas Duernas, una almazara bicentenaria de Espejo; Mari Paz Gómez, ganadera ecológica en Obejo; María Ángeles Herrero, citricultora en Palma del Río y máxima responsable de cinco empresas ... agrícolas; e Isabel del Río, cabeza visible de una finca cinegética de cuatro hermanas en Montoro, son cinco referentes del crecimiento de la mujer en el mundo del campo. Ellas son ejemplo de cómo las féminas pueden romper moldes, barreras, techos de cristal y lo que se ponga por delante. Son empresarias de éxito en el sector agrícola y ganadero, un mérito que les permite celebrar con orgullo este 8M, el Día Internacional de la Mujer.
ABC recoge este sábado el testimonio de estas cinco mujeres que han hecho carrera en el sector primario al más alto nivel. Sus declaraciones intentan retirar mitos y evitar prejuicios. Sin embargo, admiten también, en muchas ocasiones, la dureza de exponerse profesionalmente a los designios de los frutos o animales de la naturaleza. Con todo, su principal éxito ha sido su amor por el campo. «Es algo que te engancha», explica Paz Gómez, que dejó los papeleos de la contabilidad para cuidar vacas. O María Ángeles Herrero, una matemática que ha sacado su talento para desarrollar los mejores réditos a un producto tan tradicional y competitivo como la naranja.
Los datos de la incorporación de la mujer al mundo laboral son contundentes e incontestables en los últimos años. Una de las cifras más sobresalientes es la evolución de la afiliación de féminas a la Seguridad Social. El pasado mes de febrero acabó con una media de 147.282 ocupadas en la provincia de Córdoba. Eran apenas 129.942 en febrero de 2015, hace diez años. En una década, hay 17.340 mujeres más ocupadas.
Las cifras del paro también han mejorado notablemente en los últimos diez años, aunque sigue habiendo más mujeres sin empleo que hombres. Febrero cerró con 34.944 féminas en las listas de parados mientras que hace una década, en febrero de 2015, eran 49.056. Hoy, por tanto, hay 14.112 mujeres menos en el paro que hace diez años.
María Rosa Alcántara (Setacor)
«Ya que me dediqué a romper moldes, decidí romperlos todos»
María Rosa Alcántara (Setacor), a la izquierda, junto a la periodista Silvia Intxaurrondo y la secretaria de Estado de Agricultura
Viene de dar una conferencia junto a la secretaria de Estado de Agricultura, Begoña García. Lidera Setacor, dedicada principalmente al cultivo de la seta en Villafranca de Córdoba. Es licenciada en Biología y tiene 48 años. Su padre, funcionario, no venía con buenos ojos que se dedicara al campo después de realizar unos estudios Superiores, pero la apoyó incondicionalmente en su proyecto. «Enseguida me di cuenta que si quería realmente tener la rienda de mi vida, planificar mi estilo de vida, en realidad, mi proyecto de vida, pues tenía que dedicarme a ser mi propia jefa, de poder diseñar un trabajo que me permitiera investigar, que me encantaba innovar, y la agricultura era un sector que siempre me había llamado la atención», apunta María Rosa Alcántara.
¿Por qué eligió el campo y, en concreto, el mundo de las setas para su empresa? «Ya que me dediqué a romper moldes, pues he decidido romperlos todos», sonríe con orgullo. Alcántara explica que «tengo un olivar que adquirí en 2011 y lo que hago es un cultivo integrado entre olivos y setas, un cultivo circular», puesto que «el sustrato que utilizamos para el cultivo de las setas son las hojas de la oliva y cuando ya el sustrato se agota lo llevamos al olivar para nutrir a los árboles, al suelo». Cultivan hasta siete especies.
Para ella, el campo, «como ahora que estoy deshidratando setas», lo es todo y cada día «diferente». Además, «tengo clarísimo que es la única o mejor forma de conciliar, y no hablo de la conciliación refiriéndonos al cuidado de los niños o al cuidado de los mayores; si no de conciliación con mayúsculas, con nuestra vida, con nuestro tiempo libre, con nuestro ocio, con nuestro deporte y nuestro horario es montando nuestro propio proyecto».
Soledad Serrano (Finca Duernas)
«Hay que evitar mitos y quitar prejuicios»
Soledad Serrano, de Finca Duernas
Gestiona Finca Duernas, una almazara que lleva más de 200 años creando excelente aceite en Espejo. Pero, Soledad Serrano, a sus 56 años, ha conseguido transformar el modelo de negocio de lo que «era una empresa familiar, puramente agrícola, en una sociedad industrial y comercializar el producto terminado», ya que va «directamente desde nuestra finca a los lineales de cualquier establecimiento por el mundo».
Ahora, busca su expansión por el Sur de China. De hecho, explica que no tiene un día muy parecido a otro: «Hay veces que no sé muy bien dónde me despierto; dentro de 15 días me voy a un viaje por Asia, voy a China a ver a clientes, para hacer operaciones de marketing». A su juicio, «hay que moverse, por muy desarrollado que esté en la videoconferencia, porque a la gente le gusta verte, que le mires a los ojos, que le lleves el producto y que le cuentes a la cara».
Serrano no cree que sea más difícil acceder a la dirección de una empresa agrícola siendo mujer o por ser un mundo duro: «Es un mito; la agricultura es muy familiar, muy amable, muy amigable y no es nada fría». Anima a otras féminas a entrar en él, ya que «el problema está en las cabezas de la gente, cuando se quitan esos prejuicios, es muy fácil entrar; yo no me he encontrado nunca violenta en ninguna situación ni he sentido que me han tratado de manera distinta por ser mujer».
Mari Paz Gómez (Ganadera)
«Era contable, cambié y el campo te engancha»
Mari Paz Gómez, ganadera en Obejo, junto a una de sus vacas
Tiene una historia de las que llegan al fondo del corazón sobre cómo llegó a hacerse ganadera. «Llevo poco tiempo al frente de la explotación» ganadera, explica Paz Gómez, con la voz de la experiencia que le dan sus 64 años. Sólo «desde 2010», apunta, a pesar de llevar 15 años al mando, ya que antes «hacía cosas de contabilidad (Estudió Empresariales en ETEA)», pero «cambié cuando mi padre falleció; era '¿lo hago o no lo hago' Y lo cogí». Con cerca de 50 años, tomó las riendas de un criadero de bovino ecológico en la finca La Fresneda del Maromo (Obejo). «Mi bisabuelo nació en Soria y venía a Córdoba con la trashumancia hasta que ya se empezaron a quedar aquí; ya mi abuelo nació en Córdoba y siempre es una cosa que me ha tenido presente; siempre hemos sido una familia ganadera y agricultora», aunque no tomó la decisión de cambiar el papeleo contable por el cuidado de los animales hasta cumplir los 49 años.
Tiene claro los motivos que le han apasionado para convertir la crianza de los becerros y las vacas en su vida laboral: «Es algo que te engancha». Con todo, es consciente de que «más que ganadera bromeó con soy sobrevividera», porque en el mundo del campo, incide, más bien «hay que ir sobreviviendo; hoy en día, la verdad es que estamos muy controlados, y me parece estupendo».
Acaba con ironía que «yo iba al campo de perol», pero insiste en que «realmente creo que es algo que te engancha; es esa cosa y esa relación con los animales a los que tienes un cariño y una atención especial; a mí me encanta».
María Ángeles Herrero (Citricultora)
«No me he encontrado ninguna barrera»
María Ángeles Herrero, junto a varios de sus naranjos
Es licenciada en Matemáticas, tiene 45 años y dirige cinco empresas agrícolas, entre ellas Fruitopía Export SAT. Es citricultora en Palma del Río y miembro de la Mesa Nacional de Cítricos y de la junta directiva de Asaja. Forma parte de la tercera generación de agricultores dedicados al cultivo de la naranja, aunque actualmente también producen aguacate y olivar en superintensivo. María Ángeles Herrero comenzó en el campo «casi como un hobby», inicialmente «por ayudar a mi padre y como dedicación a tiempo parcial» junto a su pasión por «las mates». Por eso, explica que llegó a dedicarse al sector primario «casi por casualidad».
Herrero apunta que vive un día a día «con tres vidas a la vez» por la necesidad de compaginar su actividad de supervisión diaria en el campo por la mañana —«nunca me levantó más allá de la seis de la mañana», explica—; la dedicación por la tarde «al papeleo, las facturas, los albaranes y mis hojas de excel para quitarme el gusanillo» de las matemáticas, asegura entre sonrisas; y el cuidado de su hija de 11 años.
María Ángeles anima a otras mujeres a dar el paso de asomarse a la gestión del campo: «Personalmente no me he encontrado ninguna barrera, a pesar de ser un sector con predominio de hombres; me considero una afortunada y creo que estamos rompiendo barreras».
Herrero subraya que para ella es «enriquecedor» su parcela de pertenecer a la patronal de Asaja, ya que le permite, más allá de dirigir una empresa, tener «poner voz a los derechos de los agricultores» y hacerlo con acento femenino. Por su experiencia, reconoce que «por supuesto» que animaría a otras mujeres a dedicarse al sector primario, aunque, pese a su formación matemática, «la lección» que mejor ha aprendido del campo es que «dos más dos aquí casi nunca son cuatro».
Isabel del Río (Cinegética)
«Somos cuatro hermanas al frente del negocio»
Isabel del Río, con su ovejas al fondo en su finca de Montoro
Bióloga de formación y amante del campo por herencia familiar, a sus 51 años, Isabel del Río revela que «somos cuatro hermanas las que estamos al frente del negocio» cinegético en la finca de Los Rasos de las Cabezas, en Montoro. Una demostración rotunda de cómo se rompen los techos de cristal en el sector primario. Hacen un poco de todo: «Tenemos olivar ecológico porque está en pendiente, tenemos ovejas merinas, la caza es la renta principal, hay madera y corcho cada 9 años; además en Arjona tenemos olivo tradicional».
Es contundente a la hora de explicar cómo llegó al mundo de la dirección en el campo. «Principalmente porque nos hemos criado allí», ya que la finca se creó en 1897 y supera los 125 años de historia. Además, destaca que «nos gusta a todas, pero además supone cuidar y mantener el patrimonio familiar». Sabe que el día a día «es duro», porque «muchas veces abro el ojo y no sé dónde estoy», pero subraya que para ella y sus hermanas «es muy gratificante», aunque admite que «lo fundamental» para dedicarse al campo siendo mujer «es que te guste; si yo tuviera que estar ocho horas en una oficina no lo soportaría».
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