Patrimonio
Moratalla, el edén y retiro real de Córdoba que busca la altura de su historia
ABC accede al interior del palacio donde Alfonso XIII moraba con frecuencia y comprado por Magtel, que ha comenzado las tareas de recuperación
La restauración abarcará jardines, habitaciones y rincones a lo largo de sus 24.000 metros cuadrados
Magtel compra a Diglo, el servicer del Banco Santander, el Palacio de Moratalla de Córdoba
Hornachuelos
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Iniciar sesiónLa fachada de Moratalla es infinita y diáfana. Campea en todo lo alto el escudo de la familia que dio forma al lugar y que lo disfrutó, pero en vez de piedras labradas, balcones como salones hacia la calle y portones abiertos a plazas ... por las que entraban los carruajes, están las altas rejas de forja que a la vez que cierran, abren y disparan la curiosidad de los que pasan por la carretera de Palma del Río y aminoran la marcha aposta para mirar unos segundos más el horizonte infinito de unos jardines como sólo aparecen en las revistas de viajes.
Como la de las casas solariegas, la del Palacio de Moratalla impresiona en el espacio interminable de la arquitectura que se hace con la luz, el espacio y la vegetación, pero a la vez multiplica las preguntas. ¿Qué habrá al final del dibujo de setos, cipreses y fuentes? ¿Cómo son las habitaciones del palacio que se levanta en el horizonte? ¿Dónde termina en realidad Moratalla mucho más allá de lo que se ha visitado en ciertas ocasiones y de lo que se puede ver desde la carretera?
ABC ha entrado y conocido al detalle todo el conjunto, en los jardines de Forestier que tanto se admiran y en la fuente de Doña Leonor, fuera de las visitas anteriores y con envidiables vistas al Bembézar. En la monumental fuente del Venado y también en las casas auxiliares con decoración renacentista.
Palacio de Moratalla | Las mejores imágenes del interior
Valerio MerinoLa actuación de Magtel ya ha comenzado con la recuperación de sus estancias
Cuando la empresa cordobesa Magtel compró Moratalla en diciembre de 2022 era consciente de que tenía un largo trabajo y una inversión nada pequeña para conseguir que el recinto volviese a estar a la altura de su historia. Cinco años antes la empresa que lo gestionaba, cuando era propiedad del Duque de Segorbe, había entrado en concurso de acreedores y el Palacio de Moratalla terminó en manos del Banco de Santander.
Antes de que pueda volver a abrir las puertas falta todavía bastante tiempo y mucha inversión, pero Magtel no sabe lo que es la pereza. No se puede pasear por los casi 24.000 metros cuadrados sin encontrar cada poco a operarios que desbrozan, limpian, impermeabilizan, tapan, arreglan y trabajan.
Los jardines son los rasgos y la identidad de Moratalla. José Saavedra y Salamanca, II Marqués de Viana, encontró un lugar estratégico entre la Sierra y los ríos Bembézar y Guadalquivir, y que desde el siglo XII había tenido un castillo.
El Marqués de Viana era uno de los hombres más próximos a Alfonso XIII y, cuando el rey y su familia empezaron a visitar Moratalla para cazar, jugar al polo y disfrutar de la naturaleza, pensó en unos jardines que convirtieran el lugar en un Real Sitio.
Los encargó al arquitecto francés Jean Claude Forestier en 1914 siguiendo el estilo de Versalles y están declarados Bien de Interés Cultural, así que es obligatorio abrirlos al público en ciertos momentos.
Los operarios trabajan ahora reparando e impermeabilizando las fuentes, que estos últimos años han notado los efectos del descuido. Comenzaron por lo más próximo a la verja y siguen hacia arriba, en el camino que conduce al palacio.
La intención de Magtel es investigar para conocer cuál pudo ser el aspecto original de los jardines que, como insisten, no son sólo la calle central, el Paso del Rey, en torno al cual se han formado los jardines, sino también la vegetación que abunda en las laderas que rodean a la parte central.
Es visible que el arquitecto quiso que fuese un conjunto simétrico también teniendo en cuenta esta zona y de ello son testigo las columnas que están situadas en ciertos puntos del recorrido. Otros elementos sólo están a un lado, pero en cualquier caso también con testigos de que la intención original era integrarlos en el concepto del jardín. Es el caso de una rotonda de estilo neoclásico, que se concibió como un mirador y que se orienta hacia el atardecer.
Hay cipreses y árboles de gran porte, pero también abundancia de yucas, una especie exótica de fácil multiplicación, que hace pensar que no formaba parte del proyecto original.
Los trabajos para desbrozar la vegetación, impermabilizar fuentes y restaurar el interior están en marcha
Magtel encargará a un técnico autorizado un proyecto para actuar en las especies vegetales, al fin y al cabo seres vivos que notan el paso del tiempo. Tal vez alguna poda a los plátanos que están frente al edificio principal para bajar un poco la copa.
En la zona oriental, al este del punto donde se unen el jardín principal y el Paso del Rey, hay que bajar unas escaleras y encontrarse una fuente. Es lo que se llama el Patio de los Recreos, que llegaría casi al río Bembézar, que por esa zona se acerca al Guadalquivir, y que debió de tener el aspecto de una de aquellas alamedas que en tantos lugares servía para pasear. Muchos de los olmos, que fueron las especies originales, están secos y en cambio siguen creciendo los eucaliptos, que se tienen por invasores en muchos lugares.
A partir de entonces comienza un recorrido por una parte de Moratalla mucho menos conocida por los que, en ciertas ocasiones, pudieron visitar los jardines y el palacio. Es la que está al oeste del edificio principal y en ella hay una pista de patinaje y muchos lugares pensados para disfrutar del paisaje. Allí están todavía los bancos que se instalaron a principios del siglo XX que dan vistas al pueblo de Hornachuelos y al río Bembézar, que discurre entre amplia vegetación al norte de Moratalla.
A la espalda del palacio hay una pequeña casa, que tuvo que tener una función auxiliar y que en los primeros años del siglo XXI, cuando el Duque de Segorbe impulsó el proyecto para que funcionara como hotel de lujo, se empezó a reformar.
Las primeras impresiones confirman que los jardines tienen especies que no son originales y que podrían perjudicar al conjunto
De su esplendor primero queda la decoración de estilo neorrenacentista, con elementos vegetales e instrumentos musicales, y una angosta escalera de caracol que lleva a la planta de arriba, donde están las habitaciones.
En esta zona de Moratalla abundan los grandes campos de naranjos. Son ornamentales y su fruta no tiene la calidad que sí dan las plantaciones cercanas. Algunas de aquellas hectáreas formaron parte del conjunto en otro tiempo y se vendieron. Magtel ha desbrozado de maleza y vegetación perjudicial la tierra que rodea a los naranjos, que ya se ven limpios. Seguramente tuvieron en el pasado la función de perfumar con el azahar, pero la mayoría son árboles sanos.
En el ángulo noreste de Moratalla hay un camino que lleva en descenso hasta un rincón que se conoce como la Fuente de Doña Leonor y que, como los demás, no formó nunca parte del circuito habitual de las visitas. Es un pequeño estanque donde hay peces de colores y una fuente que debe de tomar agua de algún pozo cercano, con una columna que tiene aspecto de ser muy antigua. Hay también un banco para sentarse a disfrutar del paisaje: el Bembézar al otro lado de los juncos, el pueblo de Hornachuelos y la sierra. Sólo el paso fulgurante del AVE recuerda la época en la que se vive.
Al subir otra vez hacia el sur se empieza a adivinar, como una guía, la presencia totémica de otro de los emblemas del Palacio de Moratalla. No engañan las astas: por ahí se llega a la fuente que preside un venado de bronce sobre un largo pedestal de piedra. Forma parte del proyecto original de Forestier en un lugar que miraba sobre todo a la abundante caza de la Sierra que se abre a sus espaldas.
Junto a ella está el palacio en sí, que se construyó entre los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX. Del proyecto que desarrolló el Duque de Segorbe para convertir Moratalla en un hotel y quedan habitaciones reformadas y preparadas para el sistema de tarjetas con que se abren.
Magtel trabaja, por ejemplo, en la recuperación de la capilla, de estilo neoclásico, que se abre frente a la portada principal, y conservará una de las cocinas, que conserva todo su aspecto antiguo con los fogones que se alimentaban de carbón. Otro de los pabellones es más reciente y es parte de la ampliación de los últimos años.
¿Cuál será el futuro de Moratalla? Magtel de momento trabaja en la recuperación sin perder un segundo, aunque fuentes de la firma apuntan que es muy posible que se habilite como hotel. Hará falta tiempo y dinero, pero la reja monumental volverá a abrirse.
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