La Mezquita-Catedral de Córdoba afronta en la maqsura y el mihrab su gran restauración de las últimas décadas

Será un trabajo que acometerá la mejora desde el punto de vista estructural y artístico y que se hará de forma que nunca se cerrará el mihrab a los visitantes, porque se realizará por partes: primero la oriental (la situada a la izquierda), luego la occidental y por último la central.

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Luis Miranda

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El organismo titular del monumento ha presentado este jueves los trabajos ante la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, que tendrá que examinar el proyecto y autorizarlo para comenzar después. Durará algo más de tres años y necesitará una inversión próxima a los cuatro millones de euros.

Como ha explicado Gabriel Ruiz Cabrero, uno de los arquitectos conservadores y autores del proyecto, la intervención comenzará por asegurar la «condición absolutamente impermeable» de las cúpulas y su completa seguridad.

La construcción de esta zona, la más importante y lujosa del monumento, se hizo con muy buenos materiales e impecable trabajo de los arquitectos, de forma que la madera que lo sustenta en los zunchos es de buena calidad, «pero hay que protegerlo de las termitas».

A partir de ahí se consolidarán las fábricas de piedra y cerámica y se restaurarán pinturas y mosaicos, que son uno de los elementos más valiosos. Este trabajo se encomendará al equipo de Anabel Barrena, que ha trabajado en capillas y puertas de todo el monumento.

Como ha explicado Gabriel Ruiz Cabrero, a lo largo de los trabajos podrán aparecer nuevos datos que harían que la obra tuviera que replantearse en algunos puntos, aunque lo esencial es lo que está planteado.

La obra llega después de un largo periodo de estudios en muchas disciplinas. Uno de ellos daba fe de que la gran afluencia de visitantes, que provocaba mayor humedad en las horas en que el templo estaba abierto. Eran consecuencia de la respiración humana, según Ruiz Cabrero.

En los trabajos arqueológicos se han encontrado celosías antiguas que ventilaban y daban luz, y que ahora, después de la restauración se recuperarán y se evitará este efecto «con medios naturales, como se ventilaban originalmente».

Entre los datos aportados por los estudios se encontró que las cúpulas laterales, hoy en blanco, tuvieron en su día policromía, como la central. ¿Ahora se recuperarán? La respuesta todavía no es definitiva, pero por el momento es que no.

Gabriel Ruiz Cabrero cree que sería «una obra tremenda y arriesgada», porque difícilmente se podría saber cómo era exactamente. Pero eso se tendrá que saber con exactitud «cuando la obra esté en marcha». Tras las catas que se realizaron, se sabe que los arcos tenían los mismos colores que el resto de la Mezquita-Catedral y que en el resto había pintura roja y azul.

El trabajo mostrará si se acomete también esta intervención, dijo el arquitecto, que explicó que los cerramientos de las linternas, es decir, las cúpulas que dan luz a esta zona del monumento, también se beneficiarán de la actuación y se protegerán.