Estos son los pueblos más bonitos de Córdoba para hacer una escapada de turismo rural a la sierra

Parajes naturales sin parangón, una gastronomía con productos de la tierra y un rico patrimonio monumental son algunas de las razones que invitan a realizar una escapada a los municipios de la Sierra Morena cordobesa. Estas son algunas de las localidades que merece la pena visitar:

Este pueblo, situado a los pies de Sierra Morena, gana enteros para llegar a convertirse en el faro turístico de la comarca. Es uno de los destinos preferidos para el incipiente turismo por su Parque Natural: la extensión de su bosque mediterráneo, los bruscos ricos y paredes rocosas que cortan sus sierras o el río Bembézar, con su pantano, ofrecen infinitas posibilidades para el viajero amante del turismo rural.

Precisamente, el municipio ha sabido aprovechar bien los recursos que le ofrece el Bembézar, conocido como el 'fiordo andaluz', y ofrece paseos en su barco solar.

En cuanto al municipio, de pasado árabe, se ubica sobre una loma que mira a la derivación del embalse. En su paisaje urbano destacan el Castillo, con su plaza de armas y el recinto amurallado datados de los siglos VIII o IX, y la Iglesia de Santa María de las Flores, declarada Monumento Histórico Artístico.

Noticia Relacionada

La belleza y singularidad de los parques naturales de Córdoba, en imágenes

La Junta realiza cada año una importante labor para conservar y proteger las Sierras Subbéticas, y los parques de Hornachuelos y Cardeña-Montoro

Los adictos a emociones fuertes también pueden encontrar en este municipio mucho que hacer: en los últimos años, la creación del parque multiaventuras 'Río Secreto. Aventura en el Bembézar', con la mayor tirolina de Andalucía, se ha posicionado como uno de los principales reclamos de la localidad.

Sierra, río y campiña definen el paisaje de este municipio, que es la puerta de acceso al Parque Natural de Cardeña-Montoro, de gran valor fauní­stico y cinegético y ganadero. Este enclave es conocido por presentar algunas de las últimas poblaciones de lobo y lince ibérico.

Otro de sus atractivos turísticos son sus rutas senderistas que permiten conocer lugares como El Cerezo, que albergó a pastores de la trashumancia. Su imagen es la de la arquitectura popular de las casas de piedra vista y adinteladas de granito, con empleo de la madera y la forja en ventanas y puertas, así como con las cubiertas de teja árabe. En torno a estas construcciones, se ha desarrollado el complejo de turismo rural Aldea del Cerezo. Por esta zona, además, pueden avistarse minas abandonadas de cobre, plomo o wolframio.

En cuanto al municipio de Montoro en sí, el pueblo está declarado Conjunto Histórico Artí­stico desde 1969. Reúne multitud de alicientes y atractivos turí­sticos para visitar, como el puente sobre el rí­o, la Iglesia de San Bartolomé, la Casa de las Tercias, sus calles empinadas de casas blancas, o la Torre de Villaverde.

Su población está incluidas en la Ruta Bético Romana y se trata de un núcleo que ha sido habitado desde la Edad del Bronce. De esa etapa proceden las estructuras más antiguas que se han localizado en el Llanete de los Moros. Allí se han encontrado materiales que demuestran que el pueblo íbero mantuvo relaciones comerciales con comerciantes griegos, fenicios y cartagineses.

Esta localidad suele salir poco en los 'ranking' y guías, pero sí que ocupa los primeros puestos como destino de turismo activo. No en vano, este municipio, ubicado en un paisaje de sierra poblado en su mayor parte por encinas y sotobosque, cuenta con un impactante cañón, que ofrece paredes de roca caliza donde se pueden subir muros verticales. La zona atrae a un buen número de aficionados a la escalada, fundamentalmente gente joven y amante de la naturaleza.

El pueblo en sí es uno de los enclaves de tradición minera más relevantes de la provincia. Fue a finales del siglo XVIII cuando se encontraron las primeras vetas de carbón en Espiel, el aumento del consumo de leña en la mina de Almadén y la instalación de la máquina de vapor para la extracción de agua obligó a aumentar las prospecciones en la busca por esas minas.

La población está formada por un entramado de calles, callejuelas y callejones angostos y en cuesta con casitas blancas, entre las que sobresale la Iglesia de San Sebastián.

El municipio de Villaharta se ubicada en las estribaciones de Sierra Morena y, como su vecina Espiel, se integra en un contexto claramente minero desde la Edad Antigua.

La gastronomía es uno de los puntos fuertes de este municipio, en la que sobresalen los platos de carne de caza, los productos procedentes del cerdo elaborados a mano en las tradicionales matanzas, y los dulces como las sopaipas, las hojuelas y el hornazo.

Desde hace unos años, Villaharta es conocida por su balneario, el único de la provincia de Córdoba. Fundado en 1873, el valor de este patrimonio natural está en sus aguas manantiales ricas en hierro, sulfuro, ácido carbónico y otras propiedades curativas. Combina el alojamiento con el cuidado del cuerpo gracias al spa hammam con que cuenta y los masajes que ofrece.

Adamuz es otros los grandes desconocios de la comarca de la Sierra Morena cordobesa; y ello a pesar de contar con un destacado patrimonio natural y cultural que sorprende. Esta localidad, ubicada en el nordeste de la provincia y a sólo 32 kilómetros de la capital, forma parte de la reserva Starlight, con siete lugares en los que praticar el astroturismo.

Además, cuenta con un amplio catálogo de rutas de senderismo y la posibilidad de practicar actividades de turismo activo, como escalada o espeleología, con cuevas como la del Cañaveralejo o Peñas Rubias.

El mundo de la seta tiene en en esta zona uno de sus enclaves naturales más productivos de la provincia de Córdoba, concretamente en los Montes Comunales: 2.500 hectáreas de bosque de pinos y encinas a unos 18 kilómetros de la localidad.

Por otro lado, Adamuz ha sido el enclave elegido para el primer glamping de la provincia, La Dehesa Experiences, un alojamiento espectacular en pleno corazón de Sierra Morena sobradamente preparado para disfrutar de la naturaleza, pero con las ventajas, los servicios y las calidades de un hotel de cinco estrellas.