Estas son las principales medidas que definirán el Casco Histórico de Córdoba del futuro

El Plan de Gestión del Casco Histórico de Córdoba ya es público y está en manos de los grupos municipales y de los agentes sociales. Propone más de medio centenar de medidas que buscan mejorarlo y actuar contra los problemas que lo aquejan. Singularmente, la despoblación.

Porque el documento que este miércoles presentó la concejal delegada de Transformación Digital y Casco Histórico del Ayuntamiento de Córdoba, Lourdes Morales, analiza la situación actual y propone medidas, en total 64. Las más llamativas están en las que buscan atraer a población, para que la zona vuelva a tener la vitalidad que siempre tuvo, y a empresas que además de trabajar y crear riqueza se hagan cargo de espacios ahora vacíos.

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Vacíos en sentido literal, porque buscará en primer lugar desarrollar la construcción en solares vacíos y luego rehabilitar las viviendas y locales que lo necesiten. «El Ayuntamiento se dotará de un mecanismo de rehabilitación de viviendas, locales y desarrollo de solares», a cambio de que se destinen a alquiler social.

El Casco Histórico al que se refiere el plan de gestión es no sólo la zona declarada como Patrimonio de la Humanidad en 1994, sino también todos los barrios comprendidos entre la murallas y las dos márgenes del Guadalquivir entre la ermita de los Mártires y el Puente de San Rafael.

El documento buscará que esta zona sea «un tejido urbano vivo» y eso necesita que la población se renueve y nunca deje de afluir. Debe frenar la despoblación.

El Plan de Gestión del Casco establece también que habrá un plan de acceso a la vivienda en régimen de alquiler dirigida a menores de 35 años. Todo esto se complementará con un registro de solares y edificaciones en ruina. Los jóvenes que tienen que llegar al Casco Histórico deben convivir con las personas mayores, los vecinos que siempre vivieron allí y que tienen también sus necesidades.

El documento admite que sus collaciones tienen «una edad media superior» a la del resto de Córdoba, y eso supone un problema añadido en soledad y en limitaciones.

Por eso se buscará que tengan «acceso a servicios esenciales», integración en la vida comunitaria y asistencia necesaria para vivir de manera seguridad y cómoda». También se detecta que hay en esta zona varios focos de pobreza, por la «heterogeneidad» del nivel de renta que se da en una extensión tan amplia.

El plan está en fase de aprobación inicial y ya está en manos de los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de Córdoba y de los agentes sociales, que ahora tendrán que hacer propuestas antes del momento en que entre en vigor, pero también a las delegaciones y empresas municipales que tienen competencias en las medidas propuestas.

Como explicó Lourdes Morales, serán los responsables de estas áreas los que digan si las propuestas contenidas en el Plan de Gestión del Casco Histórico se pueden aplicar de forma inmediata o si por el contrario tienen que esperar hasta tener las herramientas adecuadas.

Por ejemplo, para las políticas de fomento del alquiler puede ser necesario el concurso de Vimcorsa, la empresa municipal de vivienda, que será la que marque los tiempos para desarrollar esa parte del programa.

Unido a la parte de la habitabilidad está también la económica, que se ha agrupado en el Plan de Gestión del Casco Histórico bajo en un epígrafe que se llama La Ciudad Dinámica, y que busca que además de volver a ser, como siempre, un lugar para vivir, pero también para trabajar.

Por eso apostará por centros de formación, empresas y creadores tanto para disciplinas artísticas (música, guitarra, poesía, escenografía, danza, literatura o escultura) como para diseño (arquitectura o joyas, por ejemplo). Singular relieve deben tener los oficios tradicionales, las artesanías de madera, piedra, forja o cerámica.

Tiene que ser una estrategia profunda, según el plan municipal, que consiga que además la ciudad se posicione con una marca propia. Incluiría medidas concretas como la bonificación de la tasa por licencia de actividad.

Al Casco Histórico tienen que llegar empresas, pero el Ayuntamiento tiene una idea muy concreta de las que quiere atraer: culturales y tecnológicas. Por eso el Plan de Gestión del Casco Histórico creará un programa de aceleración de empresas creativas, de forma que ayudará a que se pongan en marcha y a que sean viables.

Y llegará un momento en que lo inmobiliario y lo empresarial se unan, porque también se espera que las casas patio y edificios patrimoniales, que abundan en el Casco Histórico, acojan nuevas iniciativas.

En concreto, y como también había precisado Lourdes Morales, empresas tecnológicas y culturales, porque al mismo tiempo que se recuperarán los edificios y se les da un nuevo uso «se fomentarán la innovación y la creatividad».

Atenderán también a los cines de verano, que además de su actividad habitual de proyección en los meses estivales, cuando el clima permite su apertura, también deberían tener usos vecinales y culturales sin olvidar, según el documento, los que tienen que ver con la salud.

El apartado llamado La Ciudad Física es el que se destina de una u otra forma al cuidado del patrimonio pero también a las condiciones urbanísticas que la hacen un mejor lugar para vivir.

Se contempla en ese sentido un catálogo municipal de pavimentos tradicionales y un Libro Blanco de actuaciones que renueven el diseño de un elemento fundamental en la percepción urbanística de la ciudad.

No es una norma para restringir y prohibir, y en eso ya había insistido el Ayuntamiento, pero sí buscará minimizar los impactos visuales, sonoros y de partículas en áreas de elevado valor patrimonial.

Incluso llegará hasta los solares que estén vacíos y que todavía tengan por delante tiempo en que permanecerán así: el Plan de Gestión del Casco Histórico de Córdoba buscará formas para adecentarlos al menos de forma temporal.

Es una de las puntas de lanza de un apartado completo en el que se realizarán acciones e intervenciones para embellecer y cuidar la zona, con carácter permanente o efímero, en la línea de la estética que se creó en las décadas de 1950 y 1960.

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El Casco Histórico es una zona monumental porque contiene elementos valiosos y uno de ellos es el Alcázar de los Reyes Cristianos. La actuación que se menciona en el plan ya está en marcha desde hace años por el Ayuntamiento, pero buscará la integración del conjunto y de sus jardines con el Guadalquivir, como sucedía hace siglos.

Aquí se incluiría, en un sentido amplio, el jardín que prometió el Gobierno municipal en Camposanto de los Mártires, junto al espacio en que estaba la Biblioteca Provincial y a la espalda del Palacio Episcopal.

El documento contempla además una serie de actuaciones concretas en elementos de patrimonio aquejados de problemas o de riesgos: las murallas y su entorno, el convento de Regina (que se acaba de licitar), el convento de Santa Clara y el Pósito, situado en la plaza de la Corredera y en desuso desde hace mucho tiempo.

Tenderá puentes además con otras zonas de Córdoba con interés patrimonial y cultural. Lo primero será establecer un sistema de transporte «ecológico» según el documento, pero también eficaz, hacia Medina Azahara, el último de los bienes cordobeses en conseguir la declaración de Patrimonio de la Humanidad.

Es una vieja aspiración que tiene que unir los grandes atractivos patrimoniales de Córdoba, pero que nunca ha llegado a tener una respuesta que sea del todo satisfactoria.

Se integrará la orilla izquierda del Guadalquivir, el entorno de la Calahorra y el de Miraflores, muy próximos al Casco Histórico. En este mismo apartado estará la plantación de arbolado y el incremento de la superficie natural en el entorno urbano.

Hacerlo en el Casco Histórico de Córdoba no siempre será fácil, pero lo que se haga en el exterior debe repercutir en todo el conjunto. Aquí tendrá un protagonismo especial el corredor cultural metropolitano del Guadalquivir. Será un aspecto en que se reúnan varios elementos.

Por un lado, lo paisajístico, ya que el corazón monumental de Córdoba no se entiende sin el río. También se intentará la regeneración natural y se integrarán elementos históricos, sean caminos, algo que ya había planeado el Ayuntamiento, o el Molino de la Albolafia, símbolo de la ciudad.

Un último apartado tiene que ser La Ciudad Contada, que es la forma en que desde Córdoba se decide cómo se difunden la historia, la identidad cultural y el patrimonio y la forma en que las personas interesadas pueden venir a disfrutarlo.

Así, a uno de los problemas tradicionales, que es el hecho de que muchos visitantes no pasan de la Mezquita-Catedral y de la Judería, se respondería con la creación de nuevos elementos y rutas para hablar, por ejemplo, del pasado romano o de elementos arqueológicos.

Tendrá bastante importancia el Centro Internacional del Caballo de Pura Raza Española y su hipotética declaración como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, en un momento en que está a punto de cerrarse la cesión a Córdoba Ecuestre de Caballerizas Reales. Servirá para consolidar un trabajo que ha hecho a Córdoba recuperar su lugar en la tradición equina.