Manuel Chaparro (Califato 3/4): «El andaluz tiene más sonoridad y a nivel silábico da más juego»

-Han dicho que su música es respetuosa e irreverente con la tradición. ¿Cómo casan esos dos términos antitéticos?

-Sí, con el flamenco hay que ser respetuoso para no ofender a nadie. El flamenco es una música que viene de un pueblo perseguido y es complicado. Y luego es irreverente, porque al igual que hay que tenerle respeto hay que tomárselo con guasa, porque en el flamenco hay mucha guasa, mucho cachondeo y mucha historia, también.

-En el flamenco sí hay mucha hipersensibilidad. Incluso algunos cantaores tan importantes como Camarón o Enrique Morente chocaron cuando quisieron hacer cosas distintas. ¿han tenido que lidiar con ello?

-La verdad es que no. Los flamencos que nos hemos ido encontrando nos han entendido bien, nos han visto que tratamos el flamenco con mucho respeto y no hay problema con ello. Entiendo que habrá alguien que no le guste y que estamos haciendo una cosa que no se puede hacer. Pero vamos, como dice, gracias a Enrique Morente y muchos más, que se llevaron todos los palos, parece que la cosa está ahora más suavizada.

-Cuando un cantante o grupo quieren tocar o cantar se ciñen a veces a un estilo, desde el flamenco al rock. ¿Cómo se llega a algo tan mestizo y mezclado como es su música?

-Es que como somos cinco personas, de cinco edades diferentes, estamos criados de cinco maneras diferentes, y nuestra cultura musical es muy amplia porque nos gusta a todos la música, pero cada uno ha escuchado una música diferente, cuando nos ponemos a componer nos ponemos los cinco. Nunca se sabe para dónde van a ir las cosas, porque a lo mejor empezamos con el estilo de uno y luego enlazamos con cosas de otros. Yo creo que por eso es tan diferente, porque todos metemos mano al componer.

-¿Tiene que haber buena sintonía?

-Cuando vamos a hacer un disco nos vamos a una casa apartada en algún pueblo de Andalucía que para nosotros significa algo y estamos cuatro o cinco días, en 'fiestas' en que a lo mejor trabajamos diez o doce horas al día y cuatro o cinco días seguidos. Allí con la guasa nos llevamos mejor.

-¿Se bailan las sevillanas con música electrónica?

-Sí, la gente lo suele bailar en los directos. La primera era menos bailable, la segunda más y la que saquemos, que seguro que sacamos otra, esa sí la vamos a hacer por derecho. Aunque sea electrónica, sí se van a poder bailar las cuatro sevillanas juntas.

-Ustedes presumen de su habla andaluza y hasta en sus discos escriben los títulos y letras con una grafía distinta. ¿Ayuda el pronunciar así para hacer estructuras más simples y económicas, eliminando algunas vocales y consonantes que se unen?

-Claro. Si cantamos en andaluz, que es lo que hacemos, no podemos escribir las letras en castellano, porque no nos cuadran. Cuando las escribes en castellano y rimas en castellano cambian la métrica, cambian la intención y cambia todo. El andaluz tiene más sonoridad, nos comemos las eses o simplemente se juntan palabras. A nivel silábico da muchísimo más juego.

-¿Su último disco, 'La contraçeña', suena algo menos alegre, más oscuro, que 'Puerta de la Cânne'?

-Es porque es más psicodélico, no oscuro. Eso tiene que ver con los estados de ánimo que tengamos, con la música que estemos escuchando. Todo se hace en la misma casa, según el estado que tengamos, y sale lo que sale. Este ha salido más psicodélico.

-Ya suenan en los discos fragmentos de marchas. ¿Llevarán algún día cornetas a sus conciertos?

-Lo hemos estado mirando muchas veces y seguramente que alguna vez lo hagamos. Hemos estado en contacto con algún corneta que tiene ganas y nos montan una banda rápido.