La madre del amigo que estuvo con Álvaro Prieto: «Fue un día y una noche normal»

Baldasano, que ha apuntado que «mi hijo fue el último» amigo que «vio a Álvaro al salir» de la discoteca en la que pasaron la madrugada del miércoles al jueves, ha explicado que «fue un día y una noche normal», en la que no sucedió nada extraño que pudiera hacer atisbar siquiera lo más mínimo a su desaparición posterior.

Beatriz Baldasano, en la reconstrucción de lo que pasó en la jornada previa a la desaparición (se le perdió la pista el jueves por la mañana), apunta a este periódico que «como mi hijo no podía venir este puente a Córdoba», lo que decidieron fue «quedar en Sevilla, que Álvaro fuese allí». La madre añade que todo marchó según lo previsto. Prieto «llegó a Sevilla en la tarde del miércoles», y de hecho «fue directamente a ver el entrenamiento de mi hijo, al que también le encanta el fútbol».

El joven amigo de Álvaro Prieto estudia Periodismo y vive en una residencia de estudiantes de la capital andaluza. «Todo fue normal, cenaron y se marcharon a salir». Estuvieron en la discoteca Theatre. Pasaron la noche «con el grupo de universitarios de mi hijo», como es habitual en jóvenes de esta edad.

Llegado el momento, Baldasano detalla que «fue mi hijo quien le dijo a Álvaro (Prieto) que se hacía tarde y que era hora de marcharse porque podía perder el tren». Beatriz apunta que «se despidieron al salir» del local de ocio nocturno en el que habían pasado la noche. Fue el último contacto de algún conocido con el desaparecido.

A partir de ahí, ya se conoce casi todo lo que sucedió hasta perderle la pista a Álvaro Prieto. El joven llegó a Santa Justa. Se había comunicado con su padre para decirle que iba para la parada. Luego perdió su tren (7.35 horas) y, al parecer, se quedó sin batería en el móvil. Intentó viajar en otro AVE, el de las 8.55 entre Sevilla y Barcelona con parada en Córdoba. Al acceder, supuestamente sin billete, fue invitado a desalojar el tren.

Posteriormente salió de la estación. Según pudo saber ABC, realizó un segundo intento por acceder a la estación y viajar en otro tren. Allí fue visto por personal de ADIF, que lo volvió a invitar a salir de la zona, cerca del edificio de Realia. Por allí le busca ahora la UME, después de que una mujer, «en una pista muy fiable», asegurase haberlo visto caminar por Kansas City sobre las 10.30 horas. Es lo último que se sabe de él. «Es impresionante ver cómo están todos los amigos, juntos, unidos y ayudándose unos a otros», explica Baldasano sobre la actitud de los compañeros de Álvaro Prieto en estos momentos.

Después de cuatro días sin tener noticias del paradero de Álvaro Prieto, Baldasano explica que sus padres «tienen momentos», pero que «les da mucha tranquilidad saber que se están poniendo todos los medios humanos y materiales posibles, y que no se está escatimando en nada» para encontrar al joven de 18 años. »Hoy tiene que ser el día», insiste, en encontrarlo. Ojalá.