Luz Gabás: «La novela histórica nos enseña el pasado de un modo palpitante»

-Hablará en Córdoba de 'Lejos de Luisiana', premio Planeta y una de las novelas más leídas del año. Ha contado que nació de una leyenda. ¿Cómo surgió?

-'Lejos de Luisiana' es una novela que partió de muchas circunstancias diferentes. Yo estaba escribiendo un relato sobre Bernardo de Gálvez y para ello investigué la presencia y las leyendas de España en Estados Unidos. En ese proceso empecé a encontrarme a personajes fascinantes. España fue la propietaria de Luisiana durante 40 años y esos escenarios del Misisipi me recordaban a mis lecturas de Mark Twain, a esa atmósfera. Leía mucha información política e histórica, pero también vidas de personajes. Me gustó la sociedad multicultural y no me dejaron de surgir preguntas sobre cómo se adaptaron y cómo convivieron personas muy diferentes. Me di cuenta de que allí había una novela y me puse a trabajar en ella.

-Mezcla personas ficticios e históricos. ¿Cómo se funde historia y literatura y en qué porcentajes?

-En la novela hay dos bloques de personajes. Unos son los históricos, que tuvieron su papel en la Historia y son personas reales de la época. Pero junto a ellos hay otros personajes de ficción que yo he creado a partir de lo que conozco y he leído sobre aquel periodo. Aunque son personajes que proviene de seres reales que para mí fueron inspiradores, prefería crearles una personalidad de ficción propia porque eso me da mucha libertad a la hora de escribir y de contar una historia, que es lo fundamental pues hablamos de una novela.

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-¿Cómo equilibra historia y literatura? ¿Qué predomina?

A mí me gusta diseñar un contexto histórico lo más fiel posible a la realidad. Es decir, una batalla no se puede inventar. Ocurrió o no ocurrió. Ahí partir de ahí ya está la habilidad del novelista para contar su historia. Hay quien se centra más en la historia que en los personajes, pero a mí eso me parece más una lección de Historia que un texto literario. Yo prefiero mimar mucho el contexto histórico, pero sin dejar que se apodere del lenguaje de ficción. Me interesan las dudas, los anhelos, los miedos y los tropiezos de los personajes. Eso es lo que loas hace verosímiles. Ahí está la habilidad y el gran reto, porque lo que hace la novela histórica es enseñar el pasado de una manera emocional. No podríamos leer todo sobre la Historia, así que a través de una novela nos acercamos a un periodo de un modo palpitante y luego hay mucha gente que si le gusta amplía sus lecturas sobre ese periodo o sobre sus personajes.

-'Lejos de Luisiana' es una obra con muchos personajes dispares. ¿Cómo los construyó?

-Es cierto, hay gente de todas las edades, personajes que mueren, muchas situaciones y mucho trabajo que desarrollar. Yo creo que en todos los personajes hay algo del autor, una parte de su alma. Para mí la inspiración surge a menudo de personajes reales y a partir de ahí empiezo a imaginar cómo reaccionarían a tal o cual suceso. Utilizo también técnicas teatrales, que aprendí de joven, para preparar eso. Es fundamental que los personajes sean verosímiles.

-También es una novela con mucha atmósfera, con mucho paisaje…

-El paisaje en esta novela era esencial. Toda la novela física está vertebrada por el río Misisipi, padre de las aguas. Estamos también en un periodo en el que se pasa de la Ilustración al Romanticismo y cambia el paradigma mundial con revoluciones como la francesa o la Independencia de Estados Unidos. Eso influye en los personajes y también en un mundo natural que va a ser colonizado, va pasar de ser rural a ser urbano. En la novela es fundamental el paisaje natural, el río, las aguas, las praderas, los nativos y los bosques.

-¿Cómo trabajó el lenguaje?

-Lo que yo procuro es adaptar el lenguaje a los usos actuales. Hay novelistas que tratan de recrearlo, pero a mí eso me produce un distanciamiento de los que estoy leyendo. Yo no puedo poner a mis personajes a hablar de usted en el seno del mismo matrimonio aunque la costumbre del siglo XVIII fuese esa. Necesito sentir más cercanos a los personajes. Luego, en la descripción del vestuario y la comida si soy lo más fiel que puedo para describir el contexto con su léxico. Me gusta estudiar a fondo las maneras de realizar las tareas cotidianas y hasta he buscado los menús de boda de la época para saber lo que comían. También he estudiado con lupa las ciudades, la evolución de la Catedral de San Luis y muchas cosas de ese tipo. En la ambientación hay muchos peligros de cometer errores y hay que mirar con lupa. Y también estudiar cómo vivían y como se releacionaban los diferentes grupos sociales. Durante dos años estuve analizando todo eso y luego ya me puse a estructurar y crear los personajes y la trama.

-¿Qué importancia está teniendo la novela histórica en la divulgación de la historia de España?

-Creo que es un movimiento que tiene mucha importancia. Por ejemplo, muchos lectores de 'Lejos de Luisiana' me cuentan que no tenían ni idea» del papel de España en la independencia de Estados Unidos. La bibliografía de mi novela incluye diez páginas de referencias para quien quiera ampliar y sé que hay lectores que la usan. En ese periodo, me fascina Bernardo de Gálvez. Qué personalidad, tenacidad y constancia. Son perfiles muy alejados de lo que se vive ahora. En ese contexto en el siglo XVIII muchas personas que salían de pueblos pequeños como Gálvez llegaron a puestos altos. Estaban los colonos canarios, los malagueños y el viaje era muy interesante. Hay muchas historias que involucran a muchos lugares de España.

-¿Cómo ha sido su experiencia como flamante Premio Planeta?

-Aún queda, el reinado dura un año (risas). Supone mucho viaje y muchos compromisos, pero solo pasa una vez en la vida y hay que disfrutarlo. Es una experiencia muy bonita y sólo recibo muestras de cariño y admiración. Cuesta definirlo con palabras. Es un sueño que lleva consigo mucho esfuerzo, pero es un trabajo que realizo con ganas e ilusión y voy encantada. Se trata de disfrutar de esto que me ha ofrecido la vida. Hay que disfrutarlo y luego volver a la realidad cotidiana.