La Graílla
Liberalismo fluido
Dicen que las viviendas turísticas son un hábito nocivo que hay que regular, pero cuando ellos ya están dentro
Pantalla grande (20/7/2024)
Como esos escépticos recalcitrantes que en un momento ven la luz de la que consideran fe verdadera, los dueños de viviendas turísticas se han casado de la libertad de mercado y del albedrío sin barreras para poder comprar casas y ponerlas a disposición ... de los visitantes. Han comprendido que aquello de reconvertir locales o hacerse con pisos deshabitados para invertir un poco, ponerlos bonitos y ofrecerlos luego a quienes buscan una alternativa a los hoteles en realidad era un hábito nocivo que necesita que necesita que la Administración lo cierre bajo siete llaves. Cuando ellos ya están dentro.
Lo que dijo la presidenta de la Asociación de Viviendas y Alojamientos Turísticos de Córdoba (Avacor), Matilde de La-Hoz, en la entrevista que publicó ABC esta semana tiene el valor de una epifanía que debería que aprovecharse para la conversión de nuevas almas. Reúne todos los ingredientes de una historia de arrepentimiento y abrazo de una vida distinta: si ellos compraron, invirtieron y alcanzaron un beneficio, no quieren que nadie vuelva a pasar por ese infierno de buscar lugares apropiados, gastarse el dinero en reformarlos y hacer el esfuerzo de recibir a clientes para recuperar la inversión y hasta verle la punta; si su oferta sirvió para aumentar las pernoctaciones y dar sitio a personas que en ciertos momentos no encontraban hoteles a un precio asequible, ahora creen que el turismo debe ser de calidad más que de cantidad.
En otro tiempo, cuando todavía eran seres enfermos pendientes de la rentabilidad y del dinero, pensaban que si llegaban más turistas a Córdoba era bueno para aquellos negocios que habían instalado, pero eso fue antes de estremecerse con las escenas de las ciudades tomadas por las masas de mochilas y fotografías, cuando todavía no se habían horrorizado con los buques mastodónticos profanando la Laguna de Venecia.
Ahora dice su presidenta que Córdoba no tiene una capacidad ilimitada de recibir turistas y esa responsabilidad sobrevenida es la que le lleva a pedir que dejen de autorizarse viviendas como las que hicieron quienes están representados en su asociación. En su iluminación han entendido que ni todo el mundo puede ser promotor de alojamientos ni está bien que viaje quien quiera, así que es mejor dejar a los que ya están. Edificante espíritu.
Hay maliciosos, sin duda imbuidos de codicia, que dicen que son gente de ideología fluida, como esos que cambian de género sentido como de camisa en el armario: liberales para emprender en un negocio emergente y socialdemócratas ortodoxos para pedir una regulación férrea. Los nihilistas los comparan con la coletilla de los anuncios de alcohol y juego que recomienda un consumo responsable pero a la vez pone los dientes largos, y hasta hay quien dice que son tipos que piden prohibir la entrada en el bingo no a sí mismos, sino a los demás, para no tener rivales. Excusas amorales: en el fondo son enamorados del sistema gremial del taxi con la piel de emprendedores cautos.
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