La premura de estas obras vienen motivadas, según consta en el pliego de condiciones, tras el episodio de lluvias intensas registrado en marzo, que obligó a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir a soltar agua desde el embalse del Guadalmellato, punto en el que comienza la segunda conducción de suministro a la capital.
Este desembalse ha provocado un descalce en el terreno cercano a la base de asentamiento de la segunda conducción, lo que ha puesto en riesgo la estabilidad de la infraestructura. Además, el cruce de esta tubería con el río Guadalmellato presenta una cota topográfica que incrementa el peligro de afecciones estructurales. Si alguna de estas incidencias derivara en daños o averías, podría comprometerse el suministro de agua a toda la ciudad de Córdoba.
Ante esta situación, Emacsa considera urgente ejecutar la instalación de 1,27 kilómetros de nueva tubería que permitan desviar el caudal a través de la primera conducción en caso de necesidad. Con ello, se busca dar garantías de abastecimiento a la población frente a futuros desembalses.
La obra cuenta con un plazo de ejecución de ocho meses y no se prevé la lotificación de la intervención puesto que, según el pliego, «la necesidad de coordinar la ejecución de las diferentes prestaciones que implica la correcta ejecución del objeto del contrato podría verse imposibilitada por su división en lotes y ejecución por una pluralidad de contratistas diferentes».
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