El bar Santos y su tortilla

La historia comenzó cuando el matrimonio Francisco Santos y Carmen Serrano alquilaron un sencillo local en la calle Magistral González Francés número 3, y Paco comenzó a vender tapas de tortilla, procedentes de una gigantesca tortilla creada por Carmen con 5 kilos de patatas y 25 huevos, de 25 centímetros de diámetro y 15 de altura. Paco y Carmen se jubilaron, pero el negocio, en cuerpo y alma inalterables y, si acaso, mejorado por la mayor variedad de tapas, lo lleva ahora Jesús Maldonado.

Hace poco, Tastle Atlas, web especializada en viajes experienciales y comida tradicional, la incluyó entre las cinco mejores de España, siendo la única referencia andaluza. Las otras son las de Néstor (San Sebastián), Cal Pep (Barcelona) y Juana la Loca y La Ardorosa (Madrid).

Seguro que algún cordobés le pone pegas, que si por una cosa o por otra, y no somos la mayoría los autóctonos que la degustamos, quizás también porque todavía quedan cordobitas que piensan que recorrer el entorno de la Mezquita-Catedral es de guiris. Las opiniones son libres, desde luego, pero ellos se la pierden.

Porque el éxito de la tortilla de Santos no es si está más o menos rica. Es la originalidad de su tamaño y el poder degustarla en un ambiente cosmopolita en la barra más famosa de Córdoba, que el propio personal del bar mantiene limpia. Valoremos lo más sencillo que tenemos y al mismo tiempo lo más grande.

La tortilla en Santos, la cerveza en el Correo, un perrito en Lucas, un bocata de calamares en Bocadi o un picantón especial en el Picantón, son también Córdoba.