La reconquista de Córdoba

La Córdoba que reconquista San Fernando no era la poderosa capital omeya del pasado, sino una ciudad en decadencia, capital de un pequeño reino taifa. Para ambos bandos, no obstante, tenía fuerte simbolismo por lo que fue y para los cristianos representaba, también, un paso más en la recuperación de «la pérdida de España» de tiempos de don Rodrigo, como habían transmitido los mozárabes cordobeses que desde el siglo IX se exiliaron en Castilla y León.

El avance cristiano tras la victoria en Las Navas de Tolosa dejó abierto el valle del Guadalquivir y cuando en 1235 el emir cordobés aprovechó la ausencia en la frontera de Fernando III, por muerte de su mujer, para dejar de tributar, los almogávares fronterizos se sintieron autorizados para atacar Córdoba. La noche del 23 de diciembre, con Álvaro Colodro al frente, asaltan la Ajerquía y resisten en ella, pidiendo refuerzos al rey. San Fernando llega con el ejército el 7 de febrero y el 29 de junio de 1236 capitula Córdoba.

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No es solo que Córdoba vuelva a la Cristiandad, a Europa y al proyecto de España, sino que la reconquista supone un nuevo impulso en su historia. Recibe el fuero de ciudad que permite su repoblación, su urbanización, creación de barrios y parroquias, las iglesias fernandinas, y el nacimiento de sus principales y más antiguas instituciones: el Ayuntamiento y el Cabildo. Conserva su principal monumento, la Mezquita Aljama, cristianizada como Catedral, gracias a la modélica capitulación que impulsó San Fernando, garantizando que los musulmanes no la destruyeran. Y Córdoba se convierte en la capital de la frontera y aquí residieron los reyes de Castilla cuando acudían a la frontera hasta 1492.

Hacemos bien en evocar esta efeméride. Y en ello destaca la Hermandad de la Virgen de Linares, la imagen que trajo Fernando III y depositó en la antigua atalaya mora, hoy santuario. Esta hermandad ha recuperado desde hace tiempo la Exaltación de San Fernando, que tendrá lugar este año el próximo viernes a cargo de José María Bellido, alcalde de Córdoba. Una buena noticia, porque desde hace medio siglo nuestro Ayuntamiento se había 'olvidado' de honrar a quien, entre otras cosas, lo creó.