Libre directo
Los perritos calientes de Lucas
Galardones a lugares de nuestra cultura gastronómica y nuestra cultura del encuentro, nos traen un soplo fresco de esperanzas
Bar Lucas: un sabor para agitar el recuerdo
La Guía Repsol acaba de dar a conocer los nuevos 'soletes' para complementar de forma simpática su extensa guía de sugerencias. En Córdoba han sido cinco las incorporaciones: Argus, Casa El Pisto-Taberna de San Miguel, Taberna Bar El Olmo, Bar Casa Lucas y El bar de Paco Morales ... . La Guía Repsol es famosa por los 'soles' que asigna a los restaurantes más prestigiosos de nuestra geografía. Los 'soletes' son otra categoría, como escribía ABC al dar la noticia: «Son unas distinciones que otorga esta marca a aquellas joyas de la cocina menos conocidas y que están repartidas por toda España; sirven para revolucionar la hostelería con una oferta variada y fresca y a buenos precios». Con mi felicitación para el resto de los galardonados, permitan que me centre en Casa Lucas y sus perritos calientes.
Se podría decir que los perritos calientes son la clave de este bar y no erraríamos. Desde hace alrededor de 60 años utiliza el mismo tipo de pan y salchichas, más unas salsas de elaboración propia, muy superiores a los de otros establecimientos, al menos los que conozco de España y parte del extranjero, que se dedican a la elaboración de este, aparentemente, sencillo producto. Pero hay dos factores claves más. El componente humano: con Rafael Lucas Gómez, permanente, amable y profesional, aferrado a las varillas de acero para calentar el pan, como si fuera el puente de mando de un barco, y, alineados con él, su imprescindible esposa María y el resto de empleados que han ido pasando y aportando su buen servicio a este bar inaugurado por el padre de Rafael. Y el tercer factor clave es su popularidad: gente sencilla, de todas las edades y barrios de Córdoba pasan por allí, en muchas ocasiones con la satisfacción para los padres y abuelos de ser los iniciadores de hijos y nietos, en una tradición de los perritos calientes con denominación de origen de Lucas que, miren por donde, en Córdoba llegan a ser tan famosos como el salmorejo o el rabo de toro.
En tiempos convulsos de guerras en el mundo y zozobra para España, con serios nubarrones en el horizonte de nuestra concordia y del pacto constitucional, subordinadas a los intereses personales y partidistas de quien para tocar poder está dispuesto a ceder en todo, noticias como esta de galardones a lugares de nuestra cultura gastronómica y nuestra cultura del encuentro, nos traen un soplo fresco de esperanza. Al final, parece que, a nivel de sociedad, a nivel de pueblo llano, las costuras de la convivencia entre personas y la unión en el disfrute de las cosas sencillas, son más difíciles de romper de lo que se pretende desde las alturas del juego político. No dejen de ir a Lucas a comerse un perrito doble completo y con cebolla. Nos vemos allí y en cualquier sitio donde se valore el buen hacer y la grandeza de los pequeños placeres de la vida.
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