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La huella agustina en Córdoba
La pertenencia del papa a esta orden vuelve los ojos a los vínculos de la ciudad con este instituto religioso
Córdoba
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Iniciar sesiónEntre las peculiaridades del nuevo papa figura su pertenencia a la Orden de San Agustín, establecida bajo en 1244 ante la necesidad de unificar una serie de comunidades eremíticas surgidas bajo la experiencia monástica de san Agustín y su Regla del siglo IV. ... León XIV realizó su profesión solemne en la orden en 1981 y entre 2001 y 2013 fue su superior general. Los agustinos están extendidos por 50 países, desde el monasterio de San Lorenzo del Escorial en España a la prestigiosa Universidad Villanova, en Estados Unidos, cuyo nombre fue puesto en honor al agustino santo Tomás de Villanueva, escritor y arzobispo de Valencia en el siglo XVI. Córdoba tiene también una honda huella agustina.
La principal es la iglesia del convento de San Agustín, comenzada a construir en 1328 y que en el siglo XVII mutó gran parte de su fábrica gótica por la decoración barroca, estilo del que es el mejor exponente en la capital. Tras 500 años, con la desamortización, los agustinos salieron de Córdoba para no volver. A principios del siglo XX se hicieron cargo del templo los dominicos, conservando la simbología agustina. Allí podemos encontrar, entre otras esculturas, la Virgen de las Angustias, obra póstuma de Juan de Mesa en 1627. El entonces provincial de los agustinos, fray Pedro Suárez de Góngora, antiguo prior del convento cordobés, fue el intermediario en la operación entre hermandad e imaginero.
La orden vivió un shock cuando fue precisamente un fraile agustino, Martín Lutero, quien provocó la reforma protestante y el cisma de la Iglesia. Quizás por ello se auto esforzaron por corregir la propia orden dentro de la Iglesia Católica, apostando por un modo de vida distinto, más radical y profundo, y así surgieron en el mismo siglo XVI los agustinos recoletos. De ellos hubo monasterios en la provincia de Córdoba en Luque y Montilla, desaparecidos, y la rama femenina tuvo en la capital el convento de Santa María de las Nieves, también liquidado con la desamortización y hoy convertido en Real Círculo de la Amistad, en cuyo patio, antiguo claustro, aún se puede ver el escudo agustino con el libro y el corazón traspasado.
No podemos olvidar que la huella agustiniana en tierras cordobesas queda aún patente en la silenciosa labor desarrollada de forma ininterrumpida por las agustinas recoletas de Lucena y Cabra. Desde el siglo XVII hasta nuestros días, ambas clausuras constituyen intensos focos de espiritualidad.
León XIV luce en su escudo el lema 'In illo uno unum' ('En el único somos uno'), frase tomada de san Agustín, subrayando la importancia de la unidad en Cristo. De este padre de la Iglesia también es la frase «En lo esencial unidad, en lo discutible libertad y en todo caridad». Quizás esa sea la mejor huella agustina.
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