Córdoba entre líneas
José María Gallardo Galera (oftalmólogo): «Ciencia y arte nos dejan movernos por la vida y son complementarias»
Es un médico de prestigio internacional con larga experiencia (fue jefe de Servicio del Reina Sofía), uno de los padres de la paleproteómica y un gran aficionado al flamenco
Joaquín Pérez Azaústre, escritor: «Creo en la España del encuentro, convivencia y fraternidad»
Félix Ruiz Cardador
Pozoblanco
José María Gallardo Galera nació en Granada, pero su vida adulta se ha repartido entre Los Pedroches y Córdoba. Jefe de Servicio de Oftalmología del hospital Reina Sofía durante tres décadas, es miembro de las más prestigiosas academias europeas y americanas de ... su especialidad y uno de los padres de una disciplina científica, la paleoproteómica, que permitió certificar el origen humano del cráneo de Orce.
Su vida la completa su pasión por la cultura, que nació en sus años granadinos. Amigo íntimo del guitarrista Vicente Amigo, está considerado por muchos como 'el oftalmólogo de los flamencos', pues las amistades son legión.
-¿Cómo nació su vocación?
-Como ocurre con casi todas las cosas, por un cúmulo de probabilidades condicionadas. En mi casa es cierto que no había tradición, pero me influyó mi formación jesuítica en Granada, de la que me siento muy orgulloso. Ese afán enciclopédico que tienen los jesuitas me despertó una curiosidad no ya no sólo por la ciencia sino por el saber en general. Otra gran fortuna que tuve es que tanto en el instituto como en la Facultad me encontré a magníficos profesores. Yo recuerdo profesores de Filosofía o de Física que eran verdaderos gigantes. En Medicina tuve la suerte de tener como maestro a un sabio como Buenaventura Carreras. Mi primera opción de especialidad fue Microbiología, pero me decanté por la Oftalmología.
Médicos del Hospital Reina Sofía de Córdoba salvan a un bebé de 13 meses de Badajoz conectado a un pulmón y corazón artificial
ABC CórdobaEl menor, trasladado hasta Córdoba con oxigenación extracorpórea, presentaba fracaso cardiorrespiratorio debido a complicaciones que había sufrido por su patología de base
-Su periodo universitario y sus primeros años de ejercicio coinciden con una etapa intensa como la Transición. ¿Cómo la vivió?
-Yo acabé la carrera en 1978. Fui de los que en aquellos años corrió delante de los grises en Granada y estuve fichado. Además de esa transición política que todos conocemos y que afectaba a toda la sociedad, también vivimos la transición en los estudios, pues fuimos la primera generación de Medicina que estudió la especialidad y que realizó la formación MIR. Comencé la especialidad en Granada, pero mi segundo destino tras ganar las oposiciones fue Pozoblanco. Todos esos años de cambios y de proyectos que nacían fue una gran experiencia.
«La primera autonomía que externalizó servicios de Salud a privados fue la Junta con el PSOE»
-Usted se involucró en el Hospital de Los Pedroches cuando acababa de abrir sus puertas. ¿Cómo es la experiencia de abrir un hospital?
-Aquello era un hervidero. Había mucha gente joven con ganas de trabajar y con ganas de divertirse. La convivencia era muy intensa entre todos los niveles profesionales. Eran los 80, años de muchas ilusiones, y mi ilusión era formar un servicio a mi imagen y semejanza. Fue fascinante y Los Pedroches me dio muchísimo. Le debo amistades, recuerdos y vivencias. Mis hijas, mi mujer. A esta tierra le debo parte de mi vida.
-Luego llegó una larga etapa de tres décadas como jefe de servicio del Reina Sofía. Años sin duda de revolución tecnológica. ¿Qué balance hace de su etapa en el gran hospital?
-Esa fase de mi vida coincidió con una época dorada de la oftalmología. Yo llegué a Córdoba en una época de cambio en la especialidad. Los principales avances tecnológicos en cirugía, en investigación farmacológica que combatían tantas enfermedades abocadas a la ceguera, en técnicas quirúrgicas mucho más precisas, en dispositivos para distintas enfermedades de los ojos o en cirugía refractiva se dieron en estos treinta años que estuve en el Reina Sofía. Nuestro hospital fue el primero de Andalucía que implantó todos los tipos de técnicas de trasplante de córnea, que son muy complejas. Y también fuimos el primero de España que operó cataratas con láser de femtosegundo. Cuando llegué el servicio tenía cinco oftalmólogos y ahora tiene 30. Lo resume todo.
-Investigación y ejercicio de la Medicina. ¿Cómo se combinan ambos quehaceres?
-En mis inicios el sistema apenas lo permitía. Ahora sí veo más conciencia. En mi caso tuve bastante suerte, pues hice la tesis doctoral con el apoyo de mi profesor Buenaventura Carreras sobre la influencia de los antígenos en el rechazo del trasplante de córnea. Eso me brindó un contacto muy íntimo con la investigación clínica. Conocí al paleontólogo José Gibert, descubridor del cráneo del hombre de Orce. Establecimos una buena amistad. Aunque el cráneo de Orce fue un boom tras su descubrimiento, llegó un momento en el que se comenzó a debatir sobre si su origen era humano o procedía de un caballo. En nuestras manos cayó entonces una publicación sobre determinación de proteínas en fósiles que me hizo ver que la tecnología que yo estaba utilizando para mis estudios se podía aplicar también a este caso. Lo curioso de esto es que ahí nació la disciplina que ahora se llama paleoproteómica. El Hombre de Orce era algo muy popular, pues salía a menudo en la Prensa, y de repente llegamos nosotros con aquella investigación a los foros científicos. Nos miraban con escepticismo y se reían, pero todo ha ido cambiando. Me siento muy orgulloso de que la Universidad de Granada va a abrir un departamento específico dedicado a la paleoproteómica.
«Vicente Amigo es un artista atípico porque reflexiona mucho sobre su arte. Es un hombre muy inteligente»
- ¿Cómo ha evolucionado la sanidad en estos 40 años de ejercicio?
-La evolución ha sido enorme. Cuando yo empecé una operación de cataratas suponía ocho días de hospital y sólo cinco años después el paciente dormía en su casa. Los avances han sido muy rápidos. El problema es que ahora siempre que se habla de sanidad se simplifica a la polémica de lo público y lo privado, que tiene un carácter más político. Mi opinión es que el contexto en el que nos desenvolvemos la sanidad pública y la privada son necesarias y se complementan. También es curioso recordar que la primera autonomía que externalizó servicios al sector privado fue la Junta de Andalucía bajo gobierno del PSOE. Eso afectó a servicios generales, de limpieza, a listas de espera… Eso fue así y no hubo debate público ninguno. Y además es que fue bueno para los usuarios.
-Su vida no sólo ha sido ciencia, sino también cultura, con fuertes vínculos con disciplinas como el flamenco. ¿De dónde nace esa pasión?
-Mis hermanos mayores me guiaron por ese camino, pues tenían una gran curiosidad por la cultura y el saber. Yo era el más chico y aprendía mucho. También me influyó el ambiente de la Granada de la Transición, que era un hervidero de teatro, de música, de grupos artísticos y culturales, de escritores. Gente como Sabina, como Carlos Cano… Yo me movía en esos ambientes. Creo que la belleza es fundamental para moverse por la vida. Hay varias formas de conocer el mundo y son complementarias. Se puede conocer por una vía directa, el arte, que es espiritualidad y arrebato, y por otra vía que es la de la razón y la ciencia.
-Es íntimo de Vicente Amigo, que ha contado en diversas ocasiones que un libro del poeta griego Cavafis que usted le regaló fue clave en su disco 'Ciudad de las ideas'. ¿Cómo nació esa amistad?
-Se podría decir que soy el oftalmólogo de los flamencos y de los gitanos (risas). Tengo muchos amigos ahí. En cuanto a Vicente, pues es mi amigo del alma. A él llegué por Enrique Morente, que me lo presentó. Enrique era amigo mío de Granada y habíamos sido vecinos en el Albaicín. La amistad con Enrique también procede de mis años estudiantiles pues el flamenco entonces se veía como un símbolo de la liberación frente a la opresión. Yo recuerdo a Fosforito y los líos tremendos que se montaban. El flamenco era una cosa nuestra, andaluza, y Enrique Morente era una punta de lanza. Fuimos muy amigos y sigo manteniendo la amistad con sus hijos. Vicente es un artista atípico porque reflexiona mucho sobre su arte. Es un hombre muy inteligente. Además de a Vicente, conozco a muchos artistas flamencos de Córdoba como El Pele o Javier Latorre. Hay mucha gente que piensa que solo hay flamenco en Jerez. Es ridículo. Eso es porque no conocen ni Córdoba ni Granada.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete