Desde mi rincón
Valor y precio
A nadie escapa el daño que para la valoración social de la clase política representa la sentencia del Tribunal Supremo sobre el asunto de los ERE
Córdoba
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Iniciar sesiónFue Quevedo quien dijo que «sólo el necio confunde valor y precio». ¡Gran verdad! Lamentablemente pagamos de modo generoso por cosas o personas inútiles e incluso nocivas, mientras escatimamos reconocimiento y sueldo por bienes valiosos o por personas que nos dan un servicio extraordinario ... y admirable. ¿Por qué digo esto?
A nadie escapa el daño que para la valoración social de la clase política representa la sentencia del Tribunal Supremo sobre el asunto de los ERE. No seriamos justos si generalizamos y metemos a todos los políticos en el mismo saco.
Pero es una realidad que son demasiados los que, con su mal ejemplo, sus corruptelas o su nefasta gestión, nos hacen decir que no merecen la valoración que les damos, ni el sueldo que ganan, ni el tiempo que la sociedad pierde en hablar de ellos salvo que lo hagamos para mandarlos a freír puñetas. Si el lector busca el origen de la frase sabrá donde merecen estar. Pero esta realidad tiene como contrapartida otra muy diferente que quiero compartir con mis lectores.
Por razones que no vienen al caso, últimamente tengo mucho contacto con médicos y personal de enfermería. Aunque presumo que en todas partes será igual, mi experiencia se circunscribe a un departamento del Hospital San Juan de Dios de Córdoba.
¡Qué diferencia de personas en relación con la política! Médicos y personal de enfermería, todos sin excepción, son personas que, a juzgar por su labor, ni están reconocidas socialmente como deberían estar, ni retribuidas por el Estado como merecen. Si hacemos agravio comparativo de la calidad del servicio que estas personas prestan, en relación con lo que vemos y sufrimos frecuentemente en la política, y lo que pagamos a unos y otros, tendremos que reconocer que somos más necios de los que pensábamos por permitir semejante injusticia.
Me quedo con estas dos realidades buscando posibles soluciones para esta y otras injusticias, y poderlas compartir en septiembre con mis lectores, evitando la necedad en nuestra vida. Aprovecho para desear a todos un feliz descanso.
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