DESDE MI RINCÓN
Situaciones caóticas
Callan cuando nos dejan a oscuras, sin conexiones y sin explicaciones razonadas
José Luque: 'Gestionar también es conservar'
Soy consciente de que mis lectores buscan el comentario que con mis limitaciones pueda hacer sobre alguna noticia local. Pero son tan graves las que llegan sobre España que espero perdonarán que me refiera a ellas convencido de que tienen consecuencias para quienes vivimos en ... Córdoba.
No comentaré el desastre que la DANA originó de manera especial en la comunidad valenciana. Aunque la falta de una información clara y veraz de lo que podría haberse hecho para evitarlo o mitigarlo, nos lleva a preocuparnos por lo que algún día pueda suceder en nuestra Comunidad.
Lo que nos ha implicado directamente es el apagón general que durante 18 horas hemos sufrido días pasados y que deja un enorme daño económico y reputacional para España, Andalucía y, lógicamente, para Córdoba. Nos venden como necesarias, y así lo entiendo, inversiones públicas que se hacen en ferias o en otras actividades para relanzar la Marca España. Pero callan cuando nos dejan a oscuras, sin conexiones y sin explicaciones razonadas, haciendo infructuosa esa inversión. Cuando desconocemos, aunque las imaginamos, las causas de semejante caos energético, nos damos de bruces con un nuevo pifostio en el funcionamiento de la red ferroviaria que deja a miles de ciudadanos sin poder viajar para cumplir sus obligaciones de trabajo o turismo.
Eso, si no los han abandonado durante horas en medio del trayecto, sin luz y sin otra explicación que la de imputar el parón a la catenaria, mientras buscan personajes a los que culpar del desorden. Si todo eso no perjudica a Córdoba, como a cualquier ciudad española, que alguien me lo explique. Por eso no comprendo la inconcebible, por desmedida, moderación de la oposición, ni el apoyo o silencio cómplice de quienes perteneciendo a los partidos que conforman o mantienen al gobierno de España, tienen la representación de ciudadanos de Córdoba en las instituciones políticas.
Consciente del incomprensible abandono cívico existente en la sociedad española, hago mías las palabras de Ignacio Camacho en su columna del pasado domingo, para decir que los responsables últimos del caos que tan frecuentemente soporta España, «son los que han delegado su soberanía en una suerte de blando despotismo consentido».
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