Hagamos memoria

El balance que presenta España es, según mi personal criterio, de saldo muy negativo. Razones para lo que digo hay muchas. Ni es el momento ni el lugar de exponerlas a la consideración de los lectores. Pero las resumiría diciendo que estamos perdiendo a chorros la confianza en las instituciones y, consecuentemente, en la democracia. Si hablamos de Andalucía el balance parece bueno. Las cosas han cambiado a mejor y con un esperanzador futuro. Pero últimamente vemos gestos de excesiva confianza, tal vez como consecuencia de una sorpresiva mayoría política, que nos anima a pedir humildad en las formas de gobierno y mayor defensa de nuestros tradicionales valores. Por último, hagamos memoria de Córdoba. Las expectativas empresariales y, consecuentemente, económicas y sociales que han nacido en el último año nos permiten ver un balance positivo. Pero sólo de nosotros va a depender que esa ilusión sembrada en nuestra ciudad produzca buenos frutos. Para ello la unión de todos es imprescindible. Si a nivel nacional un pueblo dividido y enfrentado por cualquier proyecto produce un daño enorme, cuando ese problema se produce en una ciudad como Córdoba, los resultados son catastróficos. Eso hay que evitarlo por todos los medios. Si lo conseguimos, no sólo el balance del ejercicio pasado sería muy positivo, sino que tendríamos un nuevo año que sorprendería positivamente a todos.

Si no olvidamos que de la actitud de cada ciudadano de Córdoba depende el destino de la ciudad y de todos los ciudadanos, si no lo olvidamos, repito, tendremos el mejor año 2025. ¡Ese es mi deseo!