Derecho a saber la verdad

Tras las fiestas se presenta la temible cuesta de enero. El gasto alegre del Estado también genera otra pendiente mucho más empinada y penosa para todos. Pero esa tarda en dar la cara, ya que nuestros responsables políticos cuentan con la posibilidad de endeudarnos como si las deudas no tuviesen vencimiento.

Actúan confiados en que cuando llegue la hora de hacérnoslas pagar no serán ellos los que pongan su cara para que se la partan. Estamos acostumbrados a ver como cambian los gobiernos no por mérito de la oposición sino por demérito de los que gobiernan. Algo que sucede cuando inexorablemente aparece la época de vacas flacas. Por eso debemos estar formados para que cuando lleguen tener claro quiénes son los responsables.

De la cuesta de enero sabemos que la culpabilidad es de quienes han gastado más de lo razonable. La crisis que puede originarse por la mala administración de nuestros representantes políticos, con seguridad llegará acompañada de cambios en los diferentes gobiernos. En ese momento culparemos de las consecuencias que vamos a tener que sufrir al gobierno en el poder, que con toda seguridad no será el que ha creado el problema.

Para que cada político responda de su gestión ante el Pueblo soberano, es obligación, repito, es obligación de la actual oposición política, tener informada a la sociedad en todo momento y de manera puntual y absolutamente veraz y creíble, sobre la situación económica de las diferentes administraciones.

Hoy por hoy, en relación con la situación financiera de nuestras administraciones, la mayoría de la sociedad española está en la inopia. Y la culpa no es de los diferentes gobiernos. Es obligación de la oposición que o no sabe o no quiere cumplirla.