Córdoba y provincia

Formemos nuestra opinión recordando algunas declaraciones de políticos. En 2011 el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Pérez Rubalcaba, se mostró partidario de transformar las Diputaciones para evitar tener que suprimirlas. Ese mismo año, el actual consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía (PP), Antonio Sanz, dijo: «Queremos que las Diputaciones dejen de ser cementerio de elefantes». En 2016 y como pacto de legislatura, el actual PSOE aceptó la propuesta de Ciudadanos de suprimirlas, reconociendo que «gastaban tanto en sí mismas como en los ciudadanos».

Es frecuente calificar a las Diputaciones como «cementerio de elefantes». Pero nadie está dispuesto a acabar con semejante «columbario». Si callamos, moriremos sin saber a ciencia cierta cuantos elefantes políticos están enganchados a las ubres de estas instituciones, sin otro mérito que ser político y no estar dispuesto a dejar de mamar en las tetas de la política.

La obra que se proyecta en los actuales aparcamientos de la Diputación tiene connotaciones éticas, estéticas y, sobre todo, económicas, que debemos conocer y valorar, antes de que esas dos edificaciones que podríamos llamar «cripta derechas» y «cripta izquierdas», se coma nuestros impuestos, devaluando un Monumento declarado Bien de Interés Cultural y situado en el centro de la ciudad de Córdoba.

Los diputados provinciales saben que la democracia es el gobierno del pueblo, pero... «para el pueblo». Y comprenderán que los vecinos de la ciudad de Córdoba queremos saber todo lo concerniente a ese proyecto y ser oídos y atendidos antes de que sea demasiado tarde.