El alcalde ideal

¡Caramba! Alcaldes que lo cumplan se cuentan con los dedos de una mano. Pocos son capaces de actuar defendiendo los intereses de la ciudad, si consideran que eso puede frenar su carrera política. ¡Excepciones hay! Hablaremos de ellas en su momento. Si yo no estoy equivocado, cuando escribo esta columna aún no ha sido designado el nuevo alcalde de Córdoba. Su nombramiento corresponde al Consejo Municipal de la ciudad. Órgano compuesto por todos y cada uno de los concejales elegidos por el pueblo soberano de Córdoba.

Pediría a sus componentes, a todos ellos, que pongan su confianza en aquella persona que esté dispuesta a cumplir este mandamiento. Que, para él o ella, Córdoba sea su único objetivo. Su presente y su futuro / Que la dedicación para cumplir con el mismo sea total. Que no robe tiempo a Córdoba para ponerlo al servicio de su carrera política / Que por el bien de Córdoba cuente con los mejores. Si los mejores para conseguir una gestión eficaz no están en su partido, que los busque fuera / Si formando parte de ese Consejo Municipal no es elegido alcalde, que no huya dando la espalda a Córdoba buscando mejores acomodos políticos. A Córdoba también de sirve ejerciendo una firme, razonada y leal oposición / Por último, que sus actitudes y decisiones lleven a los ciudadanos al convencimiento de que no están en manos del alcalde menos malo, sino del alcalde ideal para Córdoba.

Decía el escritor Anatole France que «la utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor». Si queremos que Córdoba progrese, seamos utópicos para que Córdoba tenga el alcalde que esta ciudad merece.