Son acémilas

Como dice mi Amigo José Javier Amorós en su artículo 'Andalucía y la TV3', he tenido que dejar «reposar mi opinión para darle al desprecio su adecuada temperatura» y no decir lo que realmente pienso de semejante tropa.

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La orden para presentar en TV3 esa patochada nace de los supremacistas catalanes que pretenden ser reconocidos como seres superiores, sabedores de que para ello necesitan rebajar a los demás pues por sí mismo son incapaces de destacar en nada. Para ello, los acomplejados supremacistas, junto con la banda del 'tres per-cent', crean una televisión que en, palabras de José Javier Amorós, es un «mercadillo para caganers del secesionismo».

En semejante chiringuito colocan a una serie de 'acémilas' o burros de carga, con el mandato de llevar a la pantalla la porquería mental que defecan los arrieros secesionistas que sólo se ven obligados a mantener el pesebre con pienso suficiente para que coman los groseros y dóciles semovientes. Lo que no alcanzo a digerir, ¡o sí!, es cómo permite el fugitivo Puigdemont el desprecio que hacen hacia su abuela Manuela, andaluza de Jaén; o el que Rufián deja que se haga con sus padres, nacidos respectivamente en las provincias de Jaén y Granada; o la callada vergonzosa de José Montilla, expresidente de la Generalitat y nacido en Iznájar, precioso pueblo de Córdoba (Andalucía).

Pero si todo eso es incomprensible, peor es el silencio cómplice del socialismo catalán y vergonzosa la actitud del gobierno socialista de España que compra, con el dinero de todos, el silencio temporal de los supremacistas catalanes, perjudicando económicamente al resto de España. Termino diciendo que es absurdo esperar, como confiaba el Presidente de Andalucía, que pidan perdón las acémilas. Los burros de carga sólo saben dar coces.