Pasar el rato
Lola de Córdoba
Un alcalde sentimental es una mancha en el paisaje de la política
El precio del mal (28/11/2023)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa niña Lola, nacida en Barcelona, quiere ser cordobesa. Pues ya es cordobesa, porque ser es querer ser más la acción. La niña Lola es una cordobesa de diez años que nació fuera de casa, como dijo Eugenio Montale, Nobel de Literatura ... en 1975, de Giuseppe Ungaretti, el premiado poeta italiano que nació en Alejandría. No se es por nacimiento, se es por amor y por acción. No se nace cordobés, se hace uno cordobés, como se hace pianista o torero. El egistro Civil no tiene nada que ver en eso.
La niña Lola le escribió una carta al alcalde Bellido diciéndole que ella quiere ser cordobesa, y que a ver qué trámites hay que seguir para eso. El alcalde Bellido confiesa que se emocionó, y le ha encomendado a la niña la tarea de encender el alumbrado navideño de la ciudad, para que vaya empezando a hacerse cordobesa. Porque serlo, ya lo era. La Navidad de Córdoba la iluminarán este año los Ximénez, de Puente Genil, y la niña Lola, una cordobesa que nació fuera de casa. Todo queda en casa.
Un alcalde sentimental es una mancha en el paisaje de la política, hecho de instintos primarios, como es de ver en el Gobierno de la nación. Si no se controla, puede acabar escribiendo poesía. Soleá es la nana / de la niña Lola, / que vendrá a la Feria / con bata de cola. Invítela, hombre, que ha dicho que le gusta bailar sevillanas y flamenco.
Luego, puede hacerse de la Hermandad del Remedio de Ánimas, el Cristo más literario de la Semana Santa cordobesa, y matricularse en la Facultad de Derecho, donde le enseñarán ciencia y dignidad. Lo importante, niña Lola, no es que tú hayas elegido la tierra de Córdoba, lo importante es que la tierra de Córdoba te haya elegido a ti para darle luz. Como acaba de suceder, porque tú ya habías puesto de tu parte.
A falta de motivos más sólidos, y siempre los hay, para meterse con el escritor cordobés Antonio Gala, sus detractores le reprochaban que se dijera cordobés habiendo nacido en Brazatortas, que está en Ciudad Real. Con razón escribió Ignacio Ruiz Quintano que un crítico literario es «la sombra de un eunuco», incapaz de crear una página del nivel de las criticadas.
Miguel Delibes, el grande entre los grandes, al que admiro casi incondicionalmente, era de Sedano, un pueblo de la provincia de Burgos, habiendo nacido en Valladolid. Y era de Sedano «por la decisión deliberada de haberlo adoptado entre mil». Ser del lugar de nacimiento únicamente por el nacimiento, sin conocimiento, sin consentimiento, sin voluntad, sin amor, es dejarse llevar por el río de la existencia, que va a dar al inmenso mar de la monotonía. La tierra nos marca y nos explica, si ahondamos en ella. Somos cuando somos conscientemente de tierra.
Uno se queda hoy al margen de este festival de elección de territorio, aunque nunca ha ocultado su devoción por Córdoba. En una ocasión me preguntó un impertinente desconocido:
-¿De dónde es usted? Porque usted no es de aquí.
-Yo soy de mis costumbres, le respondí.
Y la conversación quedó agotada.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete