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Grave error
La designación de María Jesús Montero por Sánchez como líder del PSOE de Andalucía apunta a que ha sido un error, un grave error
Otro error, uno más, de los cometidos por Sánchez a la hora de tomar decisiones que afectan a personas que considera de su absoluta confianza —los casos de Ábalos y de Cerdán a los que escogió como secretarios de organización del PSOE son ... paradigmáticos— está en la designación, digo designación, de María Jesús Montero, como secretaria general del PSOE de Andalucía y, con toda probabilidad, candidata a la presidencia de la Junta.
María Jesús Montero, cuyo histrionismo no necesita de comentarios, es la antítesis de la imagen de moderación que ofrece el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, que es político que busca acuerdos y concordia en un mundo donde la confrontación es moneda corriente y cada vez concita más rechazo entre una parte importante de los ciudadanos. Las decisiones políticas del gobierno respecto a Cataluña no favorecen en nada el papel de Montero en Andalucía. Es responsable del ministerio de Hacienda donde el descaro con que se favorecen los intereses económicos de Cataluña —un oneroso pago de Sánchez a sus socios independentistas— perjudica gravemente a Andalucía. Sin comentarios los más de tres mil millones que costaría la ampliación del aeropuerto del Prats, frente a la falta de inversiones en aeropuertos andaluces como el de Málaga, cuya creciente actividad lo desborda en muchos momentos. Los privilegios de financiación a Cataluña —lo que eufemísticamente Montero llama financiación singular—marcan un vivo contraste con el déficit a que tiene sometida a Andalucía y niega ahora lo mismo que exigía, cuando era consejera de Hacienda de la Junta, al gobierno de España en manos entonces del Partido Popular. Ha hecho afirmaciones que se vuelven contra ella como, por ejemplo, poner la mano en el fuego por Santos Cerdán, un boomerang que la ha golpeado con dureza.
No es de extrañar por lo tanto que su valoración —según la encuesta de GAD3 publicada por ABC— entre los líderes de los partidos andaluces sea muy baja: casi la mitad de la nota que recibe Moreno y sólo supera a la del líder de Vox. Por otro lado, más de un tercio de los encuestados opina que Juan Espadas era mejor candidato que ella. Todo eso se traduce en un mal resultado —siempre según la encuesta de Gad3, a las que se pueden añadir otras de diversa procedencia, menos la de Tezanos— para el PSOE en las elecciones autonómicas, donde los resultados para los socialistas serían aún peores que los últimos cosechados, que ya constituyeron un fracaso.
La designación de María Jesús Montero por Sánchez como líder del PSOE de Andalucía apunta a que ha sido un error, un grave error.
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