desde simblia
Córdoba legendaria
Hay casas o edificios concretos que se encuentran ligadas a una leyenda en Córdoba, que es rica en este tipo de historias
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Iniciar sesiónCórdoba es rica en leyendas que jalonan sus espacios públicos y privados. Hay casas o edificios concretos que se encuentran ligadas a una leyenda. Ocurre, por ejemplo, con el palacio de los Orive, con la llamada torre de la Malmuerta o con el conocido ... como palacio del Cardenal Salazar.
En otras ocasiones, la leyenda está referida a una calle, como sucede con la calle de las Cabezas, en el corazón de la axerquía cordobesa. El origen del nombre, según nos cuenta en sus 'Paseos por Córdoba', don Teodomiro Ramírez de Arellano, hay que buscarlo en que en ella fueron colgadas, para escarnio público y general conocimiento, las cabezas de los conocidos como Siete Infantes de Lara.
La leyenda que da lugar a ese asunto tiene fuertes resonancias literarias y son sus protagonistas los mencionados infantes, que fueron víctimas de una venganza por asuntos relacionados con el honor familiar y que, según don Ramón Menéndez Pidal, era el meollo de un primitivo cantar de gesta acerca del que se ha debatido no poco sobre la fecha en que pudo componerse por determinados acontecimientos que aparecen en él, habría de considerar que se compuso en torno al año mil.
Esa fecha lo sitúa muy por delante del cantar de Mío Cid y lo convertiría en el más antiguo de la épica castellana. También lo colocaría, desde un punto de vista cronológico, por delante de los cantares de gesta franceses, algo que no encaja para quienes creen que los poemas épicos españoles son deudores de ellos y por esa razón no puede datarse en la fecha mencionada.
Pero otros investigadores señalan que a partir de ciertos elementos como, por ejemplo, la importancia de la sangre, la pasión de las relaciones y la fuerza de las venganzas, que aparecen en el cantar de los Siete Infantes de Lara, podría estar relacionado con los cantares escandinavos y germánicos, de una antigüedad mayor que los poemas épicos galos, como es el caso del poema de los Nibelungos.
¿Cómo se explica entonces que una leyenda castellana, trufada de traiciones y venganzas sea la que dé nombre a una calle cordobesa, cuando por el año mil era Almanzor quien marcaba la vida política y militar de la Córdoba de aquella época?
La razón se encuentra en que Gonzalo Gustios, que será pieza fundamental en la venganza por una traición que inspira el desarrollo del poema, había sido prisionero de Almanzor y había tenido un hijo con una hermana del caudillo musulmán. Ese hijo protagonizaría la venganza y enviaría a Córdoba las cabezas de los infantes donde serán expuestas para lavar el manchado honor paterno.
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