entrevista

Joaquín Pérez Azaústre, escritor: «Creo en la España del encuentro, convivencia y fraternidad»

El escritor cordobés regresa con 'El querido hermano', un viaje al país dividido de la guerra civil de 1936 a través de los hermanos Machado

Pérez Azaústre: «Al escribir una novela de personas que han sufrido hay un reparo moral complicado»

Pérez Azaústre posa durante la entrevista para ABC Córdoba álvaro carmona

Félix Ruiz Cardador

Córdoba

Joaquín Pérez Azaústre (Córdoba, 1976) acaba de publicar su nueva novela, titulada 'El querido hermano' y ganadora del Premio Málaga. La obra aborda la relación entre los hermanos y escritores Manuel y Antonio Machado y lo hace a través del viaje que ... el primero de ellos realizó hasta Francia tras llegarle noticias de que su hermano había muerto.

Pérez Azaústre explica durante la charla que la novela «la tenía en mente hace muchísimo tiempo». «Hay que tener mucho dolor de abismo para meterte en estos dos hermanos», explica el escritor.

-¿Cómo enfrentaste un hecho histórico tan cargado de tópicos?

- Yo había escuchado mucho sobre el papel simbólico de Antonio y Manuel Machado como representantes de los dos bandos enfrentados en la guerra civil. Por eso, cuando supe del viaje de Manuel Machado de Burgos a Colliure tras conocer que Antonio había muerto esa escena se me representó como un episodio estelar. Manuel se podía haber quedado en Burgos, se podía haber despedido de forma privada, pero sintió la necesidad de viajar a Francia. Fue un viaje difícil, en plena guerra. Él tenía ya 64 años y estaba aquejado de bronquitis crónica. Además, Burgos no era su ciudad, sino que se había quedado atrapado allí. Nada de eso impidió que él viajase, porque sentía la necesidad de despedirse del que había sido tanto su hermano como su compañero de letras. Sabía que había muerto la mitad de sí mismo. Creo que ese viaje es un símbolo de ese amor fraterno que siempre se tuvieron y supone la superación de esa historia inventada del enfrentamiento. Ellos no representan a las dos Españas, sino a una España que elige el amor frente al odio.

-Del viaje de Manuel Machado a Colliure no hay muchos datos que existen. ¿Cómo documentó la novela?

-La novela tiene una gran labor de documentación en lo que se refiere a la parte de Burgos. Desde ahí establezco una base de verosimilitud para poder fabular el viaje, del que no se conoce mucho. He cogido una base desde lo que sí se conoce con más detalle, que es la estancia de Manuel y su esposa en Burgos. Está muy documentado y aparece en la novela la estancia de juventud de Manuel y Antonio en París, pero el viaje pertenece al territorio de mi imaginación. Cuando escribes una novela así en la que mezclas datos documentados con fabulación la parte documentada tiene que ser muy sólida para que sea creíble.

-A Manuel Machado se le acusa de ser cercano al franquismo, pero estuvo detenido en Burgos y bajo sospecha. ¿Cómo lo definiría?

-Antonio y Manuel eran ambos republicanos y pertenecían a una familia de tradición republicana. Su abuelo, Antonio Machado Núñez, fue el introductor de la teorías darwinistas en España y tuvo un papel destacado en Sevilla durante la revolución de 1868. Es muy conocido el hecho de que el mediodía del 14 de abril de 1931 Antonio Machado salió al balcón del Ayuntamiento de Segovia e izó con otros viejos republicanos la bandera de la II República, pero es mucho menos conocido que 12 días después Manuel Machado leyó en el Ateneo de Madrid un himno a la República escrito por él. No hay duda de que republicanos eran los dos, pero en el último momento antes de la guerra Manuel deja de escribir en el periódico 'La libertad' porque el diario se ha escorado hacia una línea soviética.

El escrito Pérez Azaústre posa en la entrevista para ABC ÁLVARO CARMONA

Él escribe un artículo de despedida en el que dice que el mundo está asolado por dos dictaduras: la del proletariado y la del capitalismo. Lo que viene a decir es que ambas suponen la anulación del individuo.

-En eso sí hay diferencias con su hermano Antonio…

-Antonio Machado nunca llegó a hacerse comunista, pero en sus últimas entrevistas explicaba que estaba en contra del materialismo histórico de Marx pero cercano del comunismo en lo que tiene de parentela con el cristianismo, en la solidaridad y en la fraternidad. El gran matiz entre Manuel y Antonio, más allá de donde le pilla a la guerra cada uno, es que el primero cree en el individuo y el segundo cree en esa fraternidad colectiva. En cualquier caso, ellos se quisieron mucho, escribieron obras de teatro a cuatro manos y yo no me atrevería decir que se pelearon porque no hay ni un solo testimonio. Los Machado eran cinco hermanos, pues también estaban José, Francisco y Joaquín. Eran una familia unida y se querían, pero entre Antonio y Manuel existía una relación muy especial. Su poesía dialoga entre sí.

-Ya son tres novelas consecutivas sobre hechos y personajes de la España del siglo XX y que tienen un aire de familia. ¿Qué persigue con ellas?

-Mi narrativa intenta no adaptar la realidad a un filtro ideológico. Parto de la idea de que la vida tiene muchos matices. Algunos críticos están apuntando a que mis tres últimas obras, 'Atocha 55', 'La larga noche' y ahora 'El querido hermano' componen una especie de Episodios Nacionales desde una orilla no sectaria. Creo que es una mirada acertada. Cuando escribí 'Atocha 55', sobre los asesinatos de los abogados laboralistas en la Transición, también me emocionó cuando Manuela Carmena me contó que tras la muerte de sus compañeros el apoyo más grande que recibieron en el Colegio de Abogados de Madrid fue el del Círculo de Abogados Monárquicos. La España en la que yo creo es la del encuentro, una España en la que podamos encontrar elementos de convivencia y de fraternidad.

-¿Quedará en trilogía o habrá más?

-Habrá más. Para escribir estos libros es necesario que me sienta aludido. En el caso de 'Atocha 55', fue fundamental conocer al único superviviente de la matanza, Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell, con la ayuda de Octavio Salázar. Sentí que todo el mundo relacionado con los asesinatos de Atocha tenía ganas de que esa historia fuese contada. Pude documentarme con mujeres extraordinarias como Cristina Almeida, Manuela Carmena o Paca Sauquillo. Lo que me a mí me interesaba no era contar la muerte, que está narrada en 20 páginas, sino la vida de esos jóvenes tan brillantes. Eran gente valiosísima, extraordinaria. Como digo, escribir estas novelas no es coger una foto de la historia de España que te guste, sino sentirte aludido.

El ciclo

-El ciclo lo completa su novela 'La larga noche', sobre Manuel Rodríguez 'Manolete'. ¿Qué le movió? 

-Si 'El querido hermano' es la guerra civil y 'Atocha, 55' la Transición, 'La larga noche' es la primera postguerra, la de blanco y negro. Es otro personaje fascinante y sobre el que se han ocultado muchísimas cosas. Es muy especial como cuando iba a México pedía reunirse con los españoles del exilio, con Jaén Morente, con Pedro Garfias y con Juan Rejano entre otros muchos. Eso no lo contó su entorno, sino que lo relató nada menos que Indalecio Prieto en sus memorias. Fueron a una taberna y se lo pasaron tan bien que luego repitieron. Tras una corrida, entrevistaron a Indalecio Prieto y lo que dijo es que Manolete era el español más grande que había llegado a América desde Hernán Cortés.

«Al llegar a la taberna lo que le dijo es que Manolete era el español más grande que había llegado a América desde Hernán Cortés»

Indalecio Prieto

Ex Ministro de la Guerra de España

Lo importante siempre es el factor humano. Es curioso que en España la gente ha empezado a hablar de la guerra civil de forma sobrada cuando ya han fallecido todas las personas que lo vivieron. Y no hablo de memoria democrática, que por supuesto defiendo que toda familia pueda buscar a sus seres queridos. Hablo de esa gente que es valiente y se pone a hablar cuando ya ha pasado el peligro. Como el ministro Alberto Garzón cuando habló 'de la izquierda domesticada de la Transición'. La gente que vivió la guerra sabía el error y el horror que fue eso y por eso valoraba la Transición a pesar de los errores que pudiese tener. Nací en el 76 y soy hijo de eso. He escuchado a Jaime Sartorius que la Transición fue modélica. Hablar ahora es muy fácil.

-Vive en Madrid desde hace años, con a lguna etapa también en el extranjero, pero a Córdoba regresa a menudo. ¿Cómo ve la vida cultural?

-Creo que el proyecto de la Capitalidad estuvo mal montado y no dejó nada. No es algo que diga ahora, sino que en su momento también lo dije. Seguimos publicando los mismos escritores y pintando los mismos pintores, aunque haya gente joven muy valiosa que se incorpora. Esto es una guerra individual de cada creador y siempre ha sido así, porque el creador siempre está solo. En Córdoba también se hacen cosas muy buenas.

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