Los seis tesoros desconocidos de Julio Romero de Torres

Dicho coleccionista es Blas García, doctor pozoalbense de 37 años, afincado profesionalmente en Tenerife. En conversación con ABC, abre el cofre de las obras que posee de Romero de Torres, inéditas para la práctica totalidad de los cordobeses pese a salir de las manos de uno de sus más grandes artistas. De ellas, cinco no han sido expuestas nunca en Córdoba.

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La última pintura de este artista que incorporó a su colección -tiene unas 120 pinturas y esculturas de distintos autores- fue en marzo de 2024: 'Sulamita'. Está dedicada a la protagonista de 'El cantar de los cantares', una bella joven campesina que por amor a un humilde pastor rechaza al rico rey Salomón. Salió de España, donde «nunca se ha exhibido», en 1921 (año en que la pintó) hacia Buenos Aires para ser expuesta en la galería Witcomb, con motivo de una gran muestra de Romero de Torres en esa ciudad en 1922.

Permaneció en Latinoamérica un siglo. Y es que, explica este coleccionista, Buenos Aires fue en los años 20 y 30 del pasado siglo un foco cultural y económico potentísimo. «Muchísimos artistas» vendían allí sus lienzos. Dicha galería Witcomb era la «que más trabajaba pintura española y Romero de Torres vendió con ella el 30% o el 40% de sus obras. Se quedaron en Argentina, Chile o Uruguay. Muchas se han ido repatriando y otras siguen allí».

Señala que 'Sulamita', de la que «sólo se conocía una foto», estaba «perdida» pero apareció. La adquirió en 2021 un coleccionista español. Este médico sabía que la tenía, pero no podía comprársela a su dueño, porque está entre las cien fortunas más importantes de nuestro país y «no podía adquirirla por dinero». Pero buscó una fórmula.

El dueño de 'Sulamita' era un amante de la obra de Néstor de la Torre, otro simbolista, como Romero de Torres. «Logré una obra muy importante de De la Torre y la intercambié. Todos salimos ganando», relata y añade emocionado que «'Sulamita' es una maravilla». Y ahora este lienzo de gran tamaño (110x90 centímetros) luce esplendoroso. Hace dos meses concluyó su restauración. Para ella, García contó con Marta Ortiz, la «mayor especialista en restauración de Julio».

Ésta es la segunda obra de mayor importancia artística del pintor cordobés entre las que posee. La principal es 'Retrato de Adela Carbone', que adquirió en 2023 en una subasta de Sotheby´s. Para resaltar su importancia, ofrece un marco aclaratorio. La producción de Romero de Torres se «divide en obras mayores, de gran formato [ésta mide 167x104] y que hacía por iniciativa propia, donde tenía su máxima capacidad artística, y menores, que hacía por trabajo».

'El retrato de Adela Carbone' es de una «importancia tremenda»: «Cuando Julio va a Italia, tiene una etapa que es un poco diferente a su estilo habitual. Es mucho más renacentista. En esa línea, realiza también 'La consagración de la copla'. Son pinturas muy escasas». Este cuadro gira en torno a la figura de Adela Carbone, actriz y escritora. A los lados de ella, hay dos pequeñas escenas: en una de ellas el pintor besa la mano de una joven, posiblemente Carbone. No se puede olvidar, señala, que «Mercedes Valverde [la mayor experta en el pintor] cree que ella y Julio fueron amantes».

Romero de Torres eligió a esta artista también como figura vertebradora de la impactante 'La consagración de la copla'. Y, sigue García, llevó el retrato de ella a varias exposiciones internacionales, algo «nada habitual». Lo pintó en 1911 y se presentó en 1912 en la 'Exposición Nacional de Bellas Artes', en su única exhibición en España.

Luego inició un periplo internacional. En el Club Español de Buenos Aires, pasó casi un siglo: de 1924 a su subasta en Sotheby´s. Cuando la adquirió, este amante del arte sabía que debía restaurarla. Volvió a contar con Marta Ortiz y con Mercedes Valverde, quien le aconseja en sus compras de 'Romero de Torres'. «Ambas hacen un tándem muy bueno y devolvieron al cuadro la máxima originalidad posible. Tenía muchos repintes [de restauraciones anteriores], pero Mercedes sabe perfectamente qué pincelada es de Julio y tiene un archivo descomunal. Nos dio imágenes en color», dice.

García muestra las otras cuatro obras que posee del genio cordobés. «Quizás, la tercera en importancia artística sea 'Retrato de Rafaelita Ruiz [1915-1916]'», afirma. En ella, aparece «una de las modelos más importantes de Julio; la pinta muchos años». Romero de Torres muestra aquí un nivel de detalle «mucho mayor de lo habitual. Es una obra que fue muy cuidada por Julio». Destaca la minuciosidad aplicada a plasmar el pelo, las facciones y las manos. Este retrato se ha visto en muestras nacionales y sí pudo contemplarse en Córdoba: en la Diputación en 1980.

Otro de sus tesoros es 'Retrato de Carmencita Atienza', «nunca visto», pues lo compró a la familia para la que lo hizo Romero de Torres. Fue uno de «sus últimos trabajos antes de morir en mayo de 1930. Lo hizo entre febrero y mayo. Estará entre las dos o tres últimas obras de Julio». Pinta «a la hija de quien era gobernador civil en 1930, Graciano Atienza. Tiene la impronta de su etapa final. Es mucho más oscura, más impresionista».

'Retrato de María Esparza [1915]' es otra joya que atesora. En ella, aparece «una de las bailarinas más importantes de la época; algo habitual en Julio, que solía representar a artistas». Añade, mostrando la maestría de este genio, que lo pinta «en una tarde. Es un retrato muy típcio del estilo de Julio».

Completa su lista 'Retrato de dama [1915-1919]'. Su singularidad estriba en que es «una de las pocas pinturas de él en la que retrata a ancianas. Hay tres que conocemos».

Valverde, indica, está intentando averiguar quién es, pero aún no lo ha logrado. Y esta pintura tiene otra «connotación curiosa». «Sus otros dos cuadros de mujeres mayores son de personas de clase social muy baja, arrugadas o encorvadas. Sin embargo, en éste, aparece una mujer con años de la burguesía, vistos sus ropajes o joyas», reflexiona.

García tuvo su primer 'Romero de Torres' en 2020, con 'Retrato de Rafaelita Ruiz'. «El arte siempre me ha gustado mucho. Y yo soy de Pozoblanco y las obras de Julio me han impactado una barbaridad. Me gusta su producción y en general el simbolismo», expone. Añade que «yo no tenía capacidad para adquirir las obras de este pintor hasta hace poco». Luego, el trabajo se lo permitió -es cirujano plástico y tiene dos clínicas- y compró dicho retrato. «Fui sabiendo más de su mundo. Julio es un artista adictivo. Cuanto más lo conoces, más te enamoras de sus obras», sentencia.

La última pincelada de la charla es la de la, muy a su pesar, polémica oferta de sus obras para que se vieran en Córdoba por el 150 aniversario del nacimiento del pintor. Mandó un 'email' en abril a la edil de Cultura, Isabel Albás. «No recibí respuesta. Me entristecía lo que las Administraciones han organizado para esta efeméride», lamenta. Por ello, planteó a Capitulares hacer una muestra con préstamos de obras de coleccionistas, como él.

Confiesa que «me molesta» que Capitulares dijera que no hubo oferta formal. Pero sigue con «la mano tendida al Consistorio» para que disponga de sus pinturas. «A los coleccionistas nos pesa tener obras de una importancia tan grande sin que otros puedan disfrutarlas. Y es importante para la figura del artista que pinturas relevantes suyas tengan la mayor difusión», finaliza.

Valverde le pone el marco de lujo a esta historia. La mayor experta en Romero de Torres tiene una palabra con la que sintetiza el valor de las seis piezas de este artista que posee eGarcía. Asegura que «todos» sus lienzos son «'museables'». Y lo dice tras «tenerlos muy estudiados».

Se para en 'Sulamita', que es una «plena producción» de este pintor: «Es el cuadro más emblemático que se puede decir de Romero de Torres por esa mirada felina inigualable de 'Sulamita'». Destaca también 'Retrato de Adela Carbone', que se «mostró en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1912», y el 'Retrato de Rafaelita Ruiz', que es «una joya». Concluye ensalzando la labor «admirable» de García de «devolver» a España cuadros del pintor y de restaurarlos: «Nos está dejando un legado extraordinario».