El hotel en el parking de Bodegas Campos quiere arrancar las obras este año tras 20 años de gestión

Veinte años exactos hace desde que la empresa propietaria del negocio de hostelería, Campos de Córdoba, inició el procedimiento urbanístico para la ordenación de la calle Badanas, una unidad de ejecución del Plan del Casco Histórico que ha dado sobradas muestras de que la flexibilidad administrativa no es lo suyo.

La actual empresa inició el proyecto en 2017 y, desde entonces, no ha podido poner un ladrillo sobre otro. De hecho, la sociedad mercantil de la familia Barrena ha tenido tiempo para desarrollar un edificio dedicado a apartamentos turísticos en la emblemática plaza del Potro antes de poder iniciar si quiera el cuatro estrellas de 37 habitaciones que aún pretende levantar en la calle Lineros.

Todas las fuentes reconocen que la empresa sigue interesada en poner en marcha su proyecto que pretende incrementar la planta hotelera de gama alta a pesar de todo el tiempo que ha pasado.

Procedimentalmente, el proyecto urbanístico está totalmente aprobado a falta de dos cuestiones que son las que se precisan en estos momentos. En primer lugar, la parte de gestión de suelo del estudio de detalle dado que el sector está compuesto por tres parcelas lucrativas -una de las cuales es el hotel- y una pequeña plaza con un callejón de nueva apertura al que se accederá desde la zona de la Ribera, junto a la puerta del Amapola, un conocido local nocturno. En segunda instancia, falta la licencia de obras.

En el largo y proceloso devenir del expediente urbanístico del estudio de detalle de la calle Badanas lo que más sorprende es que el parking de Bodegas Campos ha pasado de estar en todas las planificaciones municipales como estacionamiento privado a no contar, una vez que sea levantado el hotel, con ninguna plaza de aparcamiento.

El Plan del Casco reconoce expresamente que el espacio es apto para la creación de un estacionamiento y, de hecho, el plan municipal de aparcamientos que realizó Vimcorsa con IU y el PSOE en el poder también reflejaba estos usos aunque no desarrollados desde la iniciativa pública sino por una empresa privada. El propio Ayuntamiento de Córdoba promovió un parking mucho más grande en el solar de la antigua Posada de la Herradura, apenas a unos metros de estas instalaciones.

La primera redacción del estudio de detalle preveía crear dos plantas de estacionamiento subterráneo, una vez conocidos los resultados de las investigaciones arqueológicas del solar que se realizaron en el año 2016.

La última incluye un extraño informe de la Consejería de Cultura que, a pesar de las prescripciones establecidas por el plan del Casco, asegura que es incompatible un aparcamiento subterráneo con los valores de la casa tradicional. Y eso a pesar de que en el parking de Bodegas Campos no hay casa tradicional alguna: es un vacío de mil y pico metros cuadrados. No hay objeto de protección posible porque no hay casa.

La izquierda municipal ya advirtió durante la tramitación del proyecto que no estaba a favor de agotar las posibilidades de construcción bajo tierra. Explicaron los partidos que no estaban a favor por razones de movilidad. Afirmaban que más plazas de aparcamiento en la zona incentivan el tráfico en el Casco.

El proyecto en curso mantiene una planta de sótano pero no para dejar coches, ni siquiera del propio hotel de cuatro estrellas. De hecho, los promotores del establecimiento tendrán que buscar alternativas en la zona para cumplir con las reservas obligatorias de estacionamiento que se calculan por cada plaza hotelera.

Lineros no es una calle que esté afectada por las restricciones de hoteles que sí afectan a determinadas zonas peatonales. De hecho, la promotora del hotel no se planteaba sacar plazas a la calle, comercializarlas. Solamente pretendía dedicarlas a uso interno.

La empresa ha optado por dedicar la única planta que puede dedicar bajo rasante a cuestiones que tienen que ver con el equipamiento que precisa el hotel para funcionar. Se trata de infraestructuras técnicas que se colocan en estas zonas con el objetivo.

La solución al problema de la reserva de plazas tendrá que efectuarse en zonas exteriores al propio edificio. Las normas sectoriales permiten que las plazas de aparcamiento de un hotel se encuentren en el mismo edificio o en una zona cercana.

El Ayuntamiento de Córdoba puso fin hace décadas a la prohibición de construir plantas bajo rasante en el Casco por las disfunciones graves que provocaban entre los vecinos de estos barrios.