El Hospital Arruzafa de Córdoba alcanza los 2.000 trasplantes de córnea y se consolida como referente andaluz

Así lo ha puesto de manifiesto esta mañana el coordinador de la unidad, el doctor Alberto Vilarrubia, que ha destacado que «este hospital solo realiza más trasplantes de córnea que los realizados en siete comunidades autónomas juntas. El año pasado se cerró con 161 y en lo que llevamos de 2023 superamos ya la cifra del ejercicio anterior, con 173».

Por su parte, el doctor Antonio Cano, miembro de la unidad, ha explicado que existen, grosso modo, dos tipos de trasplantes de córnea: en su espesor total o sólo en la capa dañada. «Las intervenciones parciales permiten una mejor recuperación y la tasa de complicaciones es menor, por ello, son los que más se realizan; de hecho, de las 161 operaciones que llevamos a cabo el año pasado, 131 fueron laminares y 27, penetrantes», ha explicado.

Por otro lado, ha recordado la importancia de la donación de tejido, sin la que sería imposible las queratoplastias. En este sentido, el facultativo ha destacado la importancia de la «coordinación entre los centros extractores y los bancos de ojos» para poder llegar a un mayor número de pacientes.

La doctora María José Cantais, de la Unidad de Biología de La Arruzafa, ha informado de que «en 1999 se realizó el primer trasplante de córnea; ese ejercicio fueron dos los que se realizaron, y 10 años después se han multiplicado por 20. Ahora nos venimos moviento en torno a los 160 trasplantes al año, excepto el año pandemia (uno cada dos días).

Por su parte, la coordinadora de la Unidad de Enfermería, Ana Porcuna, ha explicado que el perfil mayoritario de los pacientes que se someten a este tipo de intervención tienen entre 49 y 88 años. Además, la mayoría son mujeres, salvo en el grupo de 69 a 78 años.

Aunque son muchos los motivos que llevan a un trasplante, el doctor Vilarrubia ha destacado el aumento de pacientes con distrofia de Fuchs, que afecta la capa delgada de células que recubre la parte posterior de la córnea. Estas células ayudan a bombear el exceso de líquido fuera. A medida que se pierden más y más células, el líquido empieza a acumularse en la córnea, causando hinchazón y opacidad.

En cuanto a las principales complicaciones que pueden llevar al fracaso de un trasplante, junto a rechazos agudos, infecciones o subidas de presión, «puede producirse un 'desgaste' de las células endoteliales, que obliguen a que el paciente tenga que ser reintervenido».