AGricultura
Grandes productores de aceite señalan en Córdoba a EE.UU. como su futuro gran mercado
Los representantes de las grandes firmas apuestan por el precio más alto posible
El precio en origen del aceite de oliva virgen extra cae un 50% en un año en Córdoba
Una iniciativa impulsa desde Córdoba que se certifique el carácter saludable del aceite
Córdoba
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Iniciar sesiónCon gran optimismo y cierta euforia hacia las posibilidades inminentes del mercado norteamericano para el sector del aceite de oliva, los principales representantes de este área productiva, reunidos en la mesa redonda inaugural del III Congreso Mundial de Olivicultura y Elaiotecnia 'Mundolivar', ... han mostrado un enorme contraste con lo que hasta hace muy poco era una colosal incertidumbre por los aranceles de la administración de Donald Trump.
«Estados Unidos se va a convertir en el primer consumidor de aceite de oliva del mundo», ha declarado con absoluta convicción uno de los participantes, el presidente de Dcoop, Antonio Luque.
La idea general quedaba bien resumida por el presidente del grupo De Prado, José Luis de Prado, quien ha concluido sencillamente que «Estados Unidos es, sin duda, el mercado: hay que seguir potenciándolo».
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El CEO de Sovena, Jorge de Melo; el de Acesur, Gonzalo Guillén; el director general del grupo Migasa, Antonio Gallego, y el CEO de Deoleo, Cristobal Valdés, completaban esta mesa redonda titulada 'El precio justo: estrategia para que todos ganen en la cadena de valor', y que ha tenido en los comentarios sobre el mercado estadounidense una abismal diferencia con lo que parecía notable pesimismo muy poco tiempo atrás.
¿Qué ha cambiado para que esto se produzca? En primer lugar, y en ello estaban de acuerdo todos los contertulios, que los aranceles han sido equitativos por países, es decir, España no ha resultado perjudicada porque, por ejemplo, tuviese aranceles mayores que alguna gran competidora, como Túnez o Turquía.
En caso de que hubiese descompensaciones en este aspecto, el panorama cambiaría radicalmente. «Si todos somos iguales, no habrá problemas, salvo una pequeña inflación para el consumo americano que, en cualquier caso, no se ha resentido, pues se trata de un mercado maduro», ha rubricado el CEO de Acesur, Gonzaló Guillén.
Por su parte, el director general de Migasa, Antonio Gallego, ha sumado en la misma línea: «el consumo de aceite en Estados Unidos no se verá afectado, pero puede ser que el consumidor compre en un país un otro dependiendo del arancel».
Propiedades
En segundo lugar, la combinación de una buena negociación de la UE y el Gobierno de España sumada a la unión del sector, que debe saber vender las bondades del aceite de oliva, fundamentalmente respecto a la salud y acerca del carácter seguro de su trazabilidad.
«En el mercado americano existen muchas oportunidades para todos, trabajando en la acción comercial, en la calidad y la comunicación de las características diferenciales del aceite de oliva», ha declarado el CEO de Deoleo, Cristóbal Valdés.
«Hay que exigir de Europa y del Gobierno de España una acción muy fuerte para evitar que seamos penalizados», ha concluido el CEO de Sovena, Jorge de Melo. Pese al tratamiento riguroso del asunto de los aranceles y las fluctuaciones por la comentada inflación, la actitud de los presentes ante el mercado estadounidense se podría calificar perfectamente de entusiasta.
También ha habido tiempo de destacar mercados incipientes, menos maduros, que van a ser importantes, como el norte de Europa, Méjico, Brasil, Corea del Sur, Taiwán e incluso Australia.
De hecho, se trató tangencialmente un asunto venidero: cómo va a influir esta apertura a mercados extranjeros, más rentables, en el consumo en España, pues la cantidad que se produce es limitada. Este tema apenas se esbozó, por salirse de los temas centrales de la mesa redonda, pero deja un interesante debate abierto en próximas fechas.
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Y, por supuesto, hubo tiempo para hablar de los precios en este debate moderado en el aula magna del Campus de Rabanales por el CEO del Grupo Editorial Mercacei, organizador del congreso, Juan A. Peñamil. Precisamente Peñamil realizó una introducción en la que detalló que la producción en España es de 1.415.000 toneladas, lo que supone un incremento del 65% más que la campaña pasada, que junto a la inmediatamente anterior produjo precios desorbitados.
Actualmente, según los datos aportados por el responsable de Mercacei, los precios en origen del aceite de oliva virgen extra se sitúan entre los 3,80 y 4,20 euros frente a los nueve que llegaron a alcanzar en el peor momento. «En España, producir un litro de aceite de oliva, según la Asociación de Municipios del Olivo, varía entre los 2,81 del olivar en seto de regadío hasta lo 4,61 euros por kilo del olivar de montaña, pasando por los 3,4 euros de los olivares tradicionales de baja pendiente ya sean de regadío o secano».
A partir de ahí, el presentador y moderador realizó la pregunta: ¿Cuál es el precio justo del aceite de oliva? En este sentido, hubo diferencia de pareceres. Por ejemplo, desde Dcoop, Migasa o Acesur, Antonio Luque, Antonio Gallego o Gonzalo Guillén apostaban por el más alto posible para que se venda todo el aceite de oliva.
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A su vez, este punto está relacionado con la consideración de que un 70% de los consumidores se mantuvieron fieles incluso en la época de precios más altos, por lo que apostaban por atraer hacia determinado tipo de precios a ese 30% de público volátil.
Por el contrario, y a tenor de la experiencia de campaña anteriores, el presidente de De Prado, José Luis de Prado, se decantaba por buscar aquel precio aproximado en el que ningún cliente desertó, y que estuvo en torno a 4,5 euros por litro.
Entre unos y otros, las aportaciones del resto de contertulios dejaron claro que para que los precios no suben ni bajen tan radicalmente, las administraciones tienen que ponerse manos a la obra con la puesta en marcha de infraestructuras hidráulicas que palíen los efectos de las posibles sequías en un país tan caluroso y de escasas precipitaciones, principales responsables de las aciagas campañas que dispararon los precios. Y también que el mundo del aceite debía unirse cada vez más para enfrentarse a todos estos problemas como lobby o grupo de presión.
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