Las furgonetas de 'El Hormiguero' en Córdoba: así ha sido el repaso televisivo de Fernando Tejero a su agridulce infancia

En su repaso por una agridulce niñez y adolescencia, le vimos pasar por los dos colegios a los que acudió y por una pescadería -recordando el trabajo que tuvo antes de dedicarse a la interpretación-.

Tejero, junto al presentador del programa, Albert Espinosa, también pasó por la plaza de Cañero, barrio al que se encuentra íntimamente ligado. Allí, se vivió uno de los momentos más emotivos. El conductor de 'Camino a casa' le mostró el cuadro 'La Vida' de Pablo Picasso. Espinosa explicó al actor que refleja la historia de una pareja que quiere tener un hijo, pero que, finalmente, se lo da a otra persona para que lo cuide. «Ese niño luego crece y a veces está solo porque siente esos momentos de soledad, pero siempre está buscando la compañía», aseguraba el presentador, indicándole que esa obra de arte le recordaba a la vida del intérprete cordobés.

Éste último, dejando entrever algunas lágrimas, le dio la razón. Y es que hay que recordar que la familia de Tejero, al enfermar su madre y teniendo él nueve meses, decidió que viviera con una tía suya, con la que ya se quedó mucho tiempo. Cuando ésta enfermó de cáncer, regresó con sus padres a los 14 años, y comenzó una convivencia compleja con ellos. «En aquella época, yo era creyente y llegué a pedir que me muriese yo antes que mi tía. Me arrodillaba. Yo era un chico feliz, pero la persona que se me iba era mi todo», rememora en 'Camino a casa'.

El intérprete recuerda el acoso escolar que sufrió por ser homosexual. «Antes no se le llamaba 'bullying'. De pequeño, tenía mucha pluma y me llamaban marica, maricón, mariquita. Sufrí. Me hicieron sentir un despojo humano», rememoraba, para luego desvelar que «yo sigo con psicólogos».

Pero también hubo lugar para recuerdos divertidos, como el encuentro con una viejas amigas del colegio -«¿Te acuerdas cuando me pusieron un 0 por tu culpa?», le comentó, entre risas, una de ellas-; la broma que le gustaba gastar a Tejero niño a una de sus primas tocando el timbre del portero, haciéndose pasar por otra persona; o las contudentes meriendas que se hacía de pequeño -«Esto era un misil», le comenta jocoso a Espinosa-. En el programa, también participó su amigo de toda la vida, con quien protagonizó un emotivo reencuentro.