el campo
Francisco Torrent: «Europa debe despertar y defender mejor a su industria agroalimentaria»
El gerente de Aceitunas Torrent se pone al frente de la Asociación Española de Exportadores de Aceituna de Mesa que representa al 80% de la producción
El cordobés Francisco Torrent, nuevo presidente de la Asociación Española de Exportadores e Industriales de la Aceituna de Mesa

-¿Por qué afronta esta nueva responsabilidad?
-Yo soy una persona que cree muy firmemente en el asociacionismo. Los que formamos parte de un gremio tenemos que unirnos para ayudarnos. Llevo más de 20 años dentro de este mundo de los colectivos empresariales.
-Sevilla es la principal productora de aceituna de mesa en España. ¿Qué supone que un cordobés esté al frente de Asemesa?
-Es una forma de quitar ciertos estereotipos que hay que eliminar. Da igual de donde sea cada uno, sino que lo importante son las ideas y los proyectos que se llevan a cabo. Hay que resaltar que Córdoba también tiene un peso destacado en el mundo de la aceituna de la mesa y que la variedad mayoritaria, como es la hojiblanca, está muy presente en nuestra provincia. Más allá del origen del presidente de la asociación, lo más importante es crear lobby que sirva de nexo con las administraciones y con el resto del sector agrario que no forma de nuestra asociación para colaborar juntos en los numerosos problemas comunes que nos afectan.
-¿Cuáles son los objetivos que se plantea al frente de la asociación?
-Es importante que los productores y la agroindustria, independientemente de la forma jurídica, estemos cohesionados para pasar con menos fatigas las vicisitudes que todos pasamos diariamente en nuestro sector. Queremos que más empresas de nuestra actividad se incorporen a nuestra asociación.
-Desde su punto de vista, ¿cuáles esas dificultades a las que alude?
-Cuando se habla de la aceituna de mesa, se piensa inmediatamente en los aranceles de Donald Trump. Verdaderamente este es un gran problema para nosotros y hemos sufrido sus efectos desde 2017 en forma de menos cifra de negocio. A todo esto se suman las dificultades en materia laboral con falta de mano de obra y los sobrecostes que sufrimos en cuestiones como el transporte, los fitosanitarios o el agua.
Horeca o retail
-Es un sector muy internacionalizado. ¿En qué países están presentes las producciones españolas?
-Es cierto que tenemos mucho peso en la exportación, pero también es reseñable que hay grandes empresas que trabajan en el mercado nacional en apartados como el horeca, el retail o las grandes superficies. Fuera de España, nuestro mercado principal es Estados Unidos, aunque prácticamente estamos presentes en todo el mundo. Hay industrias que están muy posicionadas en América, otros en países árabes y otros en Europa. Vamos creciendo en un mercado mundial formado por 194 países con potenciales consumidores.
-Siendo Estados Unidos el principal destino de las producciones de aceituna de verdeo de España, ¿cómo valora los vaivenes del Gobierno de Donald Trump en el asunto de los aranceles?
-Ahora mismo está vigente un arancel del 10 por ciento para el sector agroalimentario y, en consecuencia, para la aceituna de mesa. Confiamos en que los tribunales de allí paralicen esta decisión. En el caso de la aceituna mesa este porcentaje se añade a otro que ya sufríamos. En un primer momento por la incertidumbre las ventas pueden resentirse porque hay empresarios que suspenden sus operaciones. Al final quien sufre el encarecimiento de los productos es el consumidor, que puede ir buscar una alternativa más barata. Ya avisamos que éramos el pico de lanza de esta administración con unas medidas que al final han derivado en el resto de productos, no solo agroalimentarios.
-¿Están actuando la Unión Europea y el Gobierno de España de forma adecuada para poder frenar los efectos de estos aranceles?
-Todo es mejorable. Es verdad que las administraciones no se han puesto a hora de perfil cuando se aprobaron los primeros aranceles para la aceituna de mesa hace algunos años y están intentando poner medios para solucionar el problema. Al final el campo se pone como moneda de cambio en muchas de estas negociaciones. Es necesario que Europa despierte y defienda más a la industria agroalimentaria.
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