N-432, carretera maldita

Si hay un disco rallado de promesas incumplidas y carpetazos en el cajón, es este proyecto. Informes ambientales, estudios informativos, anteproyectos, itinerarios caducados por el paso del tiempo y la desactualización de los mismos. No hay mayor signo revelador de desidia. Cuando empezó a introducirse en los majestuosos planes de infraestructuras a nivel estatal (llevamos unos cuantos), se argumentaba que había que atajar aquellos índices de accidentes de tráfico y, a la par, ofrecer una conexión rápida con Portugal mejorando la conexión entre algunas zonas con el índice de desempleo más alto.

Pasado el tiempo, lo que van quedando son menos habitantes y la depresión de estos lugares activa el círculo vicioso y perverso que desinfla, precisamente, el argumento de reactivar una zona que, en el caso del Guadiato, además, sufre déficit energético y problemas como el que hemos visto del agua. Para que vamos a gastarnos un dineral millonario en una autovía si no pasan coches, si apenas van quedando habitantes... Las mismas orejas que ya empiezan a verle al lobo por la Campiña-Guadajoz.

El PP dejó caducar los estudios e informes previos (2014-2018). El PSOE ni se ha molestado en retomarlos. Lo socialistas repiten el mismo mantra: ellos sí están trabajando en lo que no quisieron los populares. Llevamos seis años de sanchismo, y nada ha cambiado. Sí, algunos tramos por Badajoz y Granada hechos de esa supuesta autovía A-81 que iba a borrar la estampa rural en sepia que tan bien le queda a las cunetas cordobesas.