Pretérito Imperfecto
Manual para virtuosos
Sánchez ha tenido la maestría de convertir en enemigos viscerales a los discordantes ideológicos y maquillar como socios y bondadosos mecenas políticos a las alimañas antisistema
«Haremos de la necesidad, virtud». Tragaremos con paciencia lo que no se puede remediar (ni tolerar). Y que las consecuencias las paguen otros. El primero en aplaudir, Juan Espadas, líder de los socialistas andaluces desaparecidos en combate, en unas imágenes de la farsa ... de Ferraz que revolverán las entrañas de un partido que defendía la España simétrica, el desagravio hacia el territorio más poblado y que hacía de la trinchera frente a los gobiernos populares en Madrid su mejor estrategia interna. Todas las ejecutivas provinciales del PSOE han ido tragándose el sapo y votando, una por una, con nombres y apellidos (y hemerotecas), la amnistía para los presos del golpe del 1 de octubre, la ruptura del principio constitucional de igualdad entre todos los españoles y el salvoconducto para que unos cuantos decidan el futuro de todos. La aniquilación de un Poder Judicial a merced de un megalómano sin límites. Con una factura económica inasumible de miles y miles de millones de euros que llenarán los bolsillos secesionistas y malversadores y apagarán el desarrollo de cualquier otra provincia o autonomía, para seguir financiando la fiesta de la independencia de unos clanes bajo patrones mafiosos. Hasta la amnistía de los 'honorables' Pujol...
«Una manera de armonizar la relación con Cataluña y mejorar el clima». Nadie en su sano juicio puede creerse esta matraca de la fábrica propagandística del sanchismo, cuando, en realidad, una de las máximas de su éxito (¿) ha estado en inocular el enfrentamiento permanente, el odio entre adversarios y el ninguneo de una gran parte de este país que no le ha votado. He aquí su máxima expresión. Divide y vencerás. Sánchez ha tenido la maestría de convertir en enemigos viscerales a los discordantes ideológicos y maquillar como socios y bondadosos mecenas políticos a las alimañas antisistema. Hasta el punto de que sea ésa la razón última por encima de erosionar las estructuras del Estado y cederlo todo ante unos delincuentes, chantajistas y vividores.
Por eso esta sociedad -ahí están los últimos resultados de las elecciones generales- también tragará esta hoja de autoliquidación baja la simpleza mental de todo nos valdrá menos pactar con la derecha o admitir que ésta gobierne. O que el pueblo donde reside la soberanía nacional decida ante esta encrucijada suicida. Por encima del interés general y de los daños irreversible que provocará la huida hacia adelante (hacia ninguna parte). Por encima de una enmienda a la totalidad a su propio partido: al mismo PSOE que negoció y acordó aplicar el artículo 155 de la Constitución en 2017 y que ahora se come, letra a letra, en pos de su despiadado liquidador y sus insaciables caprichos.
Ni la legalidad vigente, ni el imperio de la ley, ni la independencia de los poderes democráticos, ni los valores de la socialdemocracia, ni la ética ni la moral, ni el bien común, ni la coherencia, ni la horonabilidad, ni los escrúpulos... Todo un manual para virtuosos capaces de hacer de los bajos instintos todo un principio constitucional.
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