Pretérito Imperfecto
El otro 'incendio' en la Mezquita
Lo sucedido ha servido para que la vieja cuenta pendiente de la titularidad y el ataque a la Iglesia resurja de modo frenético y muestre sin tapujos una nueva batalla que ya se está armando
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Iniciar sesiónLos bomberos y San Rafael (pongan el orden que quieran) salvaron a la Mezquita-Catedral de Córdoba de un furibundo desastre. Hasta de una peligrosísima réplica cuando todo parecía controlado. Los sistemas de alerta y extinción más el plan de autoprotección del monumento ( ... aprobado por el PSOE cuando decía que gobernaba el Ayuntamiento de Córdoba) y el conocimiento profundo que del mismo tienen los bomberos gracias a simulacros y formación continuada -hasta los nuevos toman estudio obligatorio de estos procedimientos- dieron como resultado que la rápida actuación de los servicios municipales con apoyo del equipo del Cabildo cortaran de raíz un fuego devastador.
Pero sin que aún estuvieran apagados algunos rescoldos, ya se avivaban otras llamas en busca del otro 'incendio' permanente que amenaza desde hace más de una década la gestión y la estabilidad de este bien de Valor Universal Excepcional y Patrimonio de la Humanidad. Ni siquiera la primera valoración de la Unesco, con su propia responsable al frente, sobre lo sucedido ha servido para que la vieja cuenta pendiente de la titularidad y el ataque a la Iglesia Católica resurja de manera frenética y muestre sin tapujos una nueva batalla que ya se está armando. La «luz y taquígrafos» que piden a voces es la misma que todos llevamos meses esperando sobre el caos ferroviario que, día sí y al otro también, somete a los viajeros a la humillación y el estrambote sin ayuda, explicación o disculpas. El oportunista eslogan de «quien la rompe, la paga» es el que aún esperamos que se aplique con los cerca de 700 millones de euros de todos los andaluces que se rompieron de verdad con la trama de los ERE y su sistema fraudulento. Pero la gestión del espacio procura previsión de contingencia más que suficiente, por lo que el primer tiro ha salido por la culata.
Pero estrellatos efímeros aparte, la dirección del viento apunta a una gran combustión venidera que no va a cesar desde la arquitectura creada en su día con plataformas, pseudoexpertos y siglas afines a la causa anticlerical. Antes de que la Policía Científica haya terminado su trabajo ya hay quien ha puesto el tipo penal correspondiente a lo ocurrido sin puñetas: delito patrimonial. Antes de que conozcamos los detalles (si barredora, cuadro de luz o cableado en un recinto con kilómetros de cable eléctrico, oficinas, papel y dos millones de visitas al año...), hay quien ha sentenciado que todo es una negligencia. Y no hay que ser muy perspicaz para entender el final del relato: ante unos hechos así, la Iglesia no puede tener en sus manos un bien patrimonial y tan jugosamente ideológico, tal y como 'ya veníamos denunciando' (sic), cual la Mezquita-Catedral. Claro es, debiera estar en manos de un órgano con muchos cargos y muchos sueldos y mucho presupuesto que permitiera colocar a muchos amigos de la causa y sacar faena para modificar la historia, crear el nuevo relato y convertir al complejo monumental en un magnífico plató 'woke'.
Este es el fuego que se avecina lentamente mientras se irá reconstruyendo la Mezquita en silencio y como una lección más de su dilatada historia milenaria.
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