El agua prometida

Emproacsa lanzó la solución provisional de llevar agua de La Colada -estancada por su falta de red de distribución- a Sierra Boyera con un empalme de tuberías a lo Pepe Gotera y Otilio. Bueno, bonito, barato y electoral. El PSOE descartó hace más de catorce meses la opción de Puente Nuevo. Que si era más cara, que si duraría más, que si no había tiempo que perder, que si le damos un puntapié a Moreno en las andaluzas, que si dejamos en evidencia al PP... Llegaron las fotos, las visitas en caravana y sin salirse de la fila de los alcaldes socialistas de la zona. Las tuberías bombeando agua... Las expectativas de las municipales con el problema resuelto (¿)... y el carbono orgánico sin freno. Apenas unas semanas abriendo el grifo turbio y el truco se vino a pique: Salud prohibió el consumo humano de un agua contaminada según la ley. Con todo este historial a las espaldas, continuó la frivolidad de los plazos y los conejos sacados de la chistera: el ozono matando toxinas a cañonazos. Agua 'gourmet' en dos meses...

Que los vecinos del Norte de la provincia son pacientes, es palpable tras esta fatalidad que les ha tocado. La sequía no es un drama pasajero, es ya una rémora estructural que apunta a lo grande en su cuenta de daños y perjuicios. Que la ganadería de Los Pedroches, la más potente de Andalucía y con un buque cooperativo de mascarón de proa, está en serio peligro con este escenario, no nos cabe la menor duda. Los ganaderos, asfixiados por precios y sin saber de dónde sacar el agua, llevan quejándose demasiado tiempo sin que vean respuestas eficaces. El PP tiene en su mano arreglar este desaguisado ahora que toca pelo en la Diputación (y puede que luego en el Gobierno). No se puede perder más tiempo ni se pueden vender más excusas con el agua prometida.