entrevista
Feria Taurina de Córdoba | Alejandro Talavante: «Siempre trato de pensar y creer que puedo torear mejor»
El matador extremeño regresa a Los Califas en el último cartel de la feria para «lograr el Trofeo Manolete»
Todo listo para el inicio de la Feria Córdoba 2023
Víctor Molino
Córdoba
Su mayor virtud parte de una fragilidad fortuita. Alejandro Talavante es una figura del toreo que ha sabido reforzar lo que la vida le ha seccionado con un guante negro. Hace más de una década, un capricho del destino le propició una lesión ... que, más allá de la gravedad, le ha hecho más fuerte que no muchos en su coyuntura. Es característica su muñequera en la izquierda, una mano prodigiosa que emplea a la perfección para combinar con la diestra no solo con la muleta, también en su dialéctica. El torero extremeño atiende a ABC antes de regresar a la que dice «es una de las mejores plazas de España». Habla con cariño sobre la tierra cordobesa, donde atesora amigos artistas como Vicente Amigo, cuyo arte le resulta de «inspiración».
Asume su cita de cierre de ciclo en Los Califas hablando con admiración de sus compañeros de terna, Finito de Córdoba y Aguado. Sobre el primero, concreta que «es una referencia para todos» y sobre el matador sevillano apostilla que «tiene mucha proyección; ha conseguido ya cosas muy bonitas» para el toreo. El diestro explica vivir feliz en una comunidad autónoma, dividida en dos, donde una parte es más andaluza y otra más castellana. «Extremadura es un paraíso para un torero, es la tierra perfecta», concluye con admiración. La conversación se presume muy distendida, porque no elude ninguna referencia y se muestra inmediato en las contestaciones, significando una capacidad de absorción pronta. Esa cualidad explica su singular compatibilidad con las reses, evidenciando su constante acierto porque, asume de manera ágil lo que a ojos de cualquiera parecería algo inasumible.
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Talavante no es solo un torero, es un escritor de versos libres que se mecanografían con el vuelo de unas telas. Es un pintor de paisajes íntimos y de horizontes clandestinos. Es un orfebre de la torería porque sus obras no se asimilan nunca como menudas. Es Talavante, una figura del toreo construida por méritos propios que guiña ahora a la tierra de Manolete con el propósito de conseguir el trofeo que digna el nombre del «monstruo».
—¿Qué le transmite estar anunciado una vez más en la feria de Córdoba?
—Este es un lugar que siempre me ha tratado con mucho cariño. Me he sentido muy bien siempre ahí. Me llega el deseo de su afición por verme torear en todos los momentos de mi carrera y eso supone una gran satisfacción. Me ilusiona mucho seguir viéndome en sus carteles de feria.
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—¿Cómo ha cambiado Talavante desde aquella vez que siendo un joven pisó el albero de Los Califas?
—Siendo sincero, creo que mi personalidad no ha cambiado tanto. Y quizá esa sea mi suerte. Mantener mi personalidad, mi estilo. Evidentemente, la experiencia te ayuda a pulir muchos defectos, todos aquellos se pueden tener cuando eres joven. Pero es que vuelvo a Córdoba con la misma ilusión con la que llegué hace más de una década. Mantengo la ilusión intacta.
—¿Cómo se mantiene una figura tantos años con la misma exigencia?
—Para aguantar ese nivel hay que tener muy presente que es fruto del trabajo constante. Del esfuerzo diario. Es un trabajo físico y mental donde, en definitiva, tienes que pensar más en el toro y en el toreo más de lo que lo podría hacer cualquier persona. El toro se tiene que hacer parte de ti y tú de él. También te tiene que acompañar el talento que tengas o desarrolles para ilusionarte y siempre volver a empezar. Día tras día. Cada día es un nuevo reto, el toro te exige muchísima entrega no puedes pensar en el día siguiente. Si eso no lo asimilamos, nos podemos hacer daño.
—¿Hay techo en ello?
—Siempre trato de pensar y de creer que aún puedo torear mejor. De que puedo hacer cosas diferentes. Pienso que aún me puedo redondear más como torero. También depende del momento. Pero si tienes afición, siempre puedes tener capacidad para mejorar.
De Córdoba
«Siempre me ha tratado con mucho cariño y me he sentido bien»
—Hábleme del cartel de este año...
—Hasta que no sale el toro nunca se sabe lo que va a suceder. Pero creo que somos tres toreros con personalidad. A la afición de Córdoba o a cualquiera le puede llamar la atención. Finito es una referencia y Pablo tiene mucha proyección; ha conseguido cosas muy bonitas. Me hace mucha ilusión compartir la tarde con ellos.
—Y a la afición, cordobesa, ¿cómo la ve ahora?
—Córdoba, históricamente, siempre ha vivido sus momentos más álgidos cuando ha tenido toreros importantes. El Cordobés, Manolete, Finito... Es necesario que salga un torero relevante y que los demás podamos torear con él. Eso provoca ilusión. Es una tierra muy taurina que necesita de ese incentivo. Tengo la sensación de que pronto lo va a tener.
—A usted siempre se le ha vinculado con el estilo manoletista.
—Manolete es una referencia para todos los toreros porque cambió la historia del toreo. Cada uno aportamos lo que podemos pero él aportó mucho. Es un referente para todos. Me haría mucha ilusión poder conseguir el trofeo que lleva su nombre.
—¿Qué ha aprendido como criador de reses bravas que le sea útil como torero?
—Ser ganadero es bastante complicado. Porque, de un lado crías reses bravas y de otro eres torero. Al final crías animales a los que se va a enfrentar un compañero. Yo tengo mucha afición y voy muy despacio con todo esto. Lo que sí me ha enseñado es a ver al toro más rápido. Es una ventaja saber verlo bien. Porque tienes la capacidad de sorprender y de no verte sorprendido.
—¿Dónde y cómo se relaja un torero de su corte?
—De muchas maneras. En casa, con la familia, con amigos, con una conversación. Vivo en un lugar privilegiado. Extremadura es una tierra muy cómoda para un torero; es la vida perfecta aquí.
—¿Se parece en algo a Córdoba?
—Tenemos muchas coincidencias. La provincia de Badajoz más que la de Cáceres. En Córdoba tengo muchos amigos a los que admiro mucho. Es un lugar único que siempre puede sorprenderte.
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